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En el trabajo de encontrar un nuevo dueño para un cachorro, Yoo Kihyun, un alumno común y de familia conservadora, conoce a Son Hyunwoo, un estudiante de último año, presidente del club de natación y conocido por gran parte del alumnado por...
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INCOMPRENSIBLE: CAPÍTULO TRES
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El cielo estaba un poco más oscuro que antes. Habían pocas nubes y corría una brisa suave y refrescante. Kihyun estaba acariciando la cabeza de Hyun mientras esperaba a Hyunwoo, quien había entrado a la casa a buscar a su otro cachorro. El pelinegro estaba en el patio, un poco nervioso por la reacción que tendrían los dos cachorros al verse.
–¡Kihyun-ah! Ya voy a salir–El nombrado se volteó a ver a Hyunwoo, quien estaba mirándolo por el ventanal del salón hacia afuera, cargando a un cachorro que se escondía en sus brazos.
Cuando el moreno abrió el ventanal y salió al patio, Hyun corrió hasta él y trató de subirse en sus piernas. Kihyun sonrió divertido y observó como el mayor dejaba al otro cachorro en el piso. Los dos perros comenzaron a correr por todo el patio y a perseguirse, mientras los dos estudiantes se reían a carcajadas por la reacción de los caninos.
–Lo sabía, se han vuelto locos–Dijo el más bajo entre risas, los cachorros se veían muy contentos al conocerse.
–Tenías razón, se llevaron bien. Apenas se acaban de conocer y están jugando como si fueran amigos de toda la vida–Los pequeños animales corrían sin parar por el patio, ladrando y jugando a pillarse. Kihyun sentía un alivio muy grande, se había quitado un peso de encima. Esa noche podría dormir con tranquilidad finalmente.
–Ahh, qué alivio. Estoy muy tranquilo ahora–Yoo se revolvió el cabello y suspiró, mirando el cielo.
–Deberíamos celebrarlo. Te invito a cenar algo, esta vez yo pagaré–Hyunwoo se acercó al menor y lo miró a los ojos, observando la expresión en su rostro.
–Suena bien, acepto. Estoy hambriento–Los perros corrieron hasta llegar a ellos y chocaron con sus piernas. Los dos soltaron una carcajada por la divertida escena.
–Entonces iré a decirle a mamá que iremos a comer. Espera un momento aquí, no tardaré.
Kihyun se limitó a asentir. El moreno corrió hasta el ventanal y entró a la vivienda velozmente. Mientras tanto, se unió al juego de los perros, quienes ya se estaban cansando un poco por el momento de hiperactividad. Hyun se acercó a él con la lengua afuera cuando de pronto su teléfono empezó a vibrar. Lo retiró de su bolsillo para ver la pantalla y notar que su hermano mayor lo llamaba.
