La luna que descendió de su Palacio (Preludio)

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Fue no hace mucho cuando ella yacía con un vestido negro y floreado típico de Jalisco, lo empapada le disimulaba el pesar. Aquel pantanoso lago no era adecuado para reposar.

Derrotada y sin intención de salir en un buen tiempo, fue la Luna que ocupó simétricamente la circunferencia del cuerpo acuoso lo que distrajo sus sentimientos.

Ella vio su reflejo y un brillo seleniano digno de un cuadro romántico acompañado de una voz tenor de desdibujado sentir.

Ahora ella sería "La guerrera media Luna" defensora de estas tierras sagradas.

Con su estilo para pelear, intentaba homenajear a los animes que la acompañaron en su más tierna infancia, se dice que fue ella quien denominó "Chica Mágica" a aquellas en su misma situación, pero esa devoción solo era equiparable a la inocultable torpeza propiamente suya.

Corría la celebración de "Día de muertos" en la escuela y ella caminaba junto a su gran amigo Zaid cuando un "alebrije" hizo acto de presencia, todos se alarmaron incluyendo a ellos 2, el chico propuso huir como sería natural. Obviamente ella sabía que debía pelear pero no podía siquiera transformarse frente a él sin estropear aquel secreto.

Siempre se había inventado una excusa ingeniosa para salirse con la suya, pero en la situación era tan alarmante que pese a la insistencia, Zaid no le soltaba la muñeca temiendo por su amiga.

Entonces, y al darse cuenta de que esa criatura en particular era más destructiva que de costumbre supo que era inevitable.

-¡Escúchame, tienes que dejarme ir!- Proclamó la muchacha.

-¡¿Estas loca?! ¡Ya vendrá una chica mágica o el ejercito o qué se yo!- Le aseguró alarmado.

-¡Por eso te digo que me escuches! ¡Yo soy una chica mágica! - 

Y aún con el preocupante escenario el muchacho se quedó callado en evidente incredulidad por unos segundos.

-¿De qué estas hablando Ariadna?- Le dijo sintiéndose vacilado.

-¡Mira! ¡Te lo voy a demostrar!-

Entonces ella aprovecho el desconcierto para por fin librarse de él y pasar a convertirse, ella había tratando de mejorar su tiempo pero aun así le costó unos segundos alcanzar su forma de "Yaoxi".

-¿Ahora si me crees?- Dijo como reclamo ante la expresión atónita de Zaid -Ocúltate en lo que yo veo que puedo hacer.- Le ordenó con un liderazgo que le era extraño a ambos.

Con unos impresionantes saltos llego donde la criatura de aspecto cocodriloide que a cuatro patas iba haciendo destrozos, ella llamó su atención con una fuerte pisada cortesía de sus zapatillas especiales, poco eco hizo en la criatura, pero sí que la distrajo de la destrucción. Arremetió con violencia con sus grandes fauces dispuestas a todo, ella saltó con gracia y cayó con el ángulo perfecto para tratar de tomar al ser por la cola y mandarlo por los aires.

Pero lo que en su cabeza lucía genial en practica resultó no ser más que una seguidilla de burlescos intentos que incluso le sacaron una sonrisa al alebrije, al ser estos no más que cosquilleos, batió su cola lanzando a "La guerrera media Luna" por los aires dándose un duro golpe al final.

Ella aturdida y la criatura confiada, parecía el fin de nuestra protagonista. Pero apenas pudo recuperar la conciencia viendo esos afilados dientes casi rozándole la piel, ella pudo dar un afortunado giro viéndose en la posición  idónea para darle una patada certera justo en el ojo.

Privado de la vista en un ojo y con un punzante dolor, ella aprovecho y con unos movimientos de su vestido, brotaron unos proyectiles similares a flores que se dirigieron a aquello. Unas luces arcoíris y fue todo.

El jardín Después de la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora