El jardín del Aria
Durante toda la vida me había entrenado para ser honrada con el título de Yaoxi, reconocimiento que se otorgaba cada tantos siglos, mi linaje real alineado con mi nacimiento fortuito en la fecha donde dentro de 15 años se nombraría a la nueva Yaoxi, me hizo acreedora al título de "Virgo Dei Neptunum".
Una de las hijas prodigas del "Jardín del Aria" quienes recibimos adiestramiento en cuanta disciplina sea posible para poder ser bendecidos con el poder de Mitztli. Incluso, ante tal honor, aceptaríamos abandonar nuestro lugar en el Aria y dedicar nuestras vidas a defender los cinco mundos de toda amenaza para así llevar honor al jardín.
Cualquier fémina de estos mundos podía se condecorada con aquello, siempre y cuando fuese digna. Pero al ser este santuario en único donde especialmente se entrenaban jovencitas para ello, era casi de ley que una de nosotras se viera seleccionada.
Aquel trágico día donde la elección fue hecha. Todos se hicieron la pregunta ¿Cuánto esfuerzo y sangre habrá sido derramado en vano?
El jardín después de la lluvia
Una vez que Yaoxi abandonó a este muchacho a su suerte, él, al contrario del comportamiento ansioso y entrado en pánico que se esperaría, permaneció quieto un rato, el cual de seguro le permitió pasar varios pensamientos en su mente.
Luego se recostó sobre el piso totalmente resignado e improvisto de un accionar ¿Cómo culparlo? Si la figura responsable y experimentada en aquel momento había sucumbido ante una pobre carga emocional.
Pero a su vez ¿Cómo no culparlo? Con ese cierto poder que había despertado en él, apunto de ser desperdiciado en cuanto sus signos vitales se detuvieran en absoluto. ¿No era consiente este chico humano de la bendición que ahora poseía?
-¿Piensas quedarte ahí?- Le cuestioné de forma acalorada. Posada a sus espaldas sin que él hubiese notado mi presencia hasta ese momento.
Y al instante se levantó y adquirió una pose que intentaba ser de guardia, sus ojos me decían todo, él para nada estaba dispuesto a morir en este paraje llano y desolado. O quizá, y sí se puede, a su vez, veía en mi no más que una amenaza y a la perpetradora de aquel cruel acto hacía Yaoxi, que a sus modo de ver ignorante debió ser un movimiento de pura crueldad.
-Sí quisiera matarte ya lo habría hecho.- Dije hasta cierto punto enternecida por la actitud de él.
-Dime ¿Quieres morir aquí?- Le interrogué con mi tono convencional.
-¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¡Pero ni creas que aceptare ayuda tuya!- Dijo asertivo como anticipando el origen de mis cuestiones.
-De todas maneras no te queda de otra.- Afirmé sin ocultar mi orgullo. Pero contéstame una última pregunta ¿No quieres mi ayuda por mera y sana desconfianza para con el adversario? ¿O tienes coraje hacía mi por el simple hecho de lo que le hice a Yaoxi?-
Y él, mudo en absoluto, intentó desviar la mirada con el carácter algo más domado, pero los gestos que sin querer transmitía por todo su cuerpo de notable nerviosismo e incomodidad lo delataron.
-En serio ¿Qué tanto le ves a esa chica?- Dije a la vez de burlona e incrédula, compasiva con aquel desafortunado.
-Te dije que para ella eres un peón, te utiliza para sentirse bien consigo misma, pero a la menor seña de avance entre ustedes, se da la vuelta.
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El jardín Después de la lluvia
FantasyAriadna tiene un secreto, es una chica mágica que se enfrenta a unos seres conocidos como "alebrijes"...