Capítulo 2: El anciano Lehonard

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Las ganas de ir al baño me han despertado, me levanto y salgo corriendo descalzo a la puerta del baño, creí que casi no lo lograba

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Las ganas de ir al baño me han despertado, me levanto y salgo corriendo descalzo a la puerta del baño, creí que casi no lo lograba. Me siento vacío, mi piel está más pálida mi, vestimenta y mi cama está toda ensangrentada, al salir del baño me aferro muy fuerte del marco de la puerta; siento ganas de vomitar. Cuando inclino mi cuerpo al suelo para vomitar, solo sale una incontrolable tos que me deja sin fuerzas. Me devuelvo al baño para mirarme al espejo, no tengo ojeras y mi piel está muy pálida, fácilmente puedo ver las venas de mi cuello, me quito la camisa con delicadeza para ver mis heridas y al rozar el dedo sobre la cicatriz, casi no se nota dolor alguno, está allí una gran cicatriz. Un sentimiento de curiosidad se clava en mi mente.

Llevo diez minutos viéndome en el espejo y empiezo a creerme narcisista. Me lavo la cara con agua fría, frote fuerte mi rostro con mis manos una y otra vez respirando muy hondo, el agua se escurre goteando desde mi barbilla. Solo me veo a mí, un hombre desnutrido y sin fuerzas a través del espejo.

Salgo del baño y entro a mi habitación, veo mis sábanas hechas un asco, todas ensangrentadas con un desagradable olor. Reviso mis pantalones para ver si también debo de quitarmelos para lavarlos, veo que están limpio pero el cinturón tiene mucha sangre —Vaya suerte la mía al verme topado con semejante psicópata anoche— Me siento en el sofá y un ligero dolor agudo en mi pierna me hace gritar de dolor… Revisando mi pantalón me doy cuenta que tiene un hoyo de bala, decidí no darle tanta importancia, tal vez la gente crea que mi pantalón este a la moda.

Abrí las persianas de la habitación para fumarme un cigarrillo en el balcón y aveces me gusta pensar en tonterías por ejemplo: ¿Por que el idioma ruso y el alemán no deberían ser el mismo? Después me imaginó a mi maestro de secundaria dándome un coscorrón por decir semejante tontería. Doy un respiro muy fuerte y apoyo mis codos sobre la baranda de mi balcón, mirando el letrero que está enfrente del edificio donde vivo hay una publicidad de cepillos de dientes, ¡Que rápido trabajan los publicistas! Pensé por un instante, después de todo ayer era año nuevo y recuerdo que la valla publicitaria promocionaba unas zapatillas con la frase de “Feliz regalo nuevo” algo soso para mi gusto, pero hasta tenía ganas de comprarlas. Apago mi cigarrillo directamente en el tubo de la baranda. Y hasta que no veo su humo extinguirse no entró a la casa.

Acabo de terminar de fumar y me siento más relajado, entro a mi habitación y quite las sábanas de mi cama, las coloqué en una bolsa color beige. Pongo toda la ropa sucia en la misma bolsa y la arrojo en la entrada del apartamento.

Creo que tengo muchas cosas que hacer hoy: comprar más comida por que creo que me la devore toda ayer, lavar la ropa, darme un relajante baño y comprar el periódico. Salgo del apartamento con la bolsa beige llena de ropa sucia en mi mano y en la otra mano mis llaves —De verdad que estoy débil, me siento como un zombie caminando por los pasillos del edificio— No me topo con ningún vecino y tampoco con un extraño en el elevador, deben de estar cansados por tanto celebrar el año nuevo.

Fragmenta - En Búsqueda Del Recuerdo RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora