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El regreso a casa fue "genial". Lo menos que quería era esta sorpresa; Mi madre estaba con nosotros. Perfecto, y ahora ¿Qué se supone que haga? ¿Que le de unas palmaditas y la salude como si la conociera de toda la vida? Oh no, eso sí que no.

La última persona en el mundo que quiero ver es a ella, no comprendo cómo es posible que mi padre la perdone después de todo lo que pasó.
Ella nos abandonó sin mirar atrás, sin preguntarse si lo que hacía era correcto, sin pensar en la carga que mi padre tendría al tener que criarnos sólo, y lo peor de todo, sin preocuparse de nosotros.

Así que me dedico a pasar al lado suyo espetando un "Hola" de mala gana, dejo mi mochila en el suelo del living y me dirijo a mi habitación con la intención de cerrar la puerta fuerte para que se percate de mi odio hacia ella. Me hecho en la cama mientras miro el techo desanimado... ¿Qué habría sentido al tener una mamá? ¿Cómo habría sido? Son las dudas que siempre me invaden a la hora de dormir, dudas que en este momento aparecen y me debilitan.

Para no romper en llanto, agarro mi celular y me pongo a revisar Instagram, intentando distraerme de los gritos furiosos de mi padre, por la actitud tan "inmadura" hacia mi madre, quien está tratando de calmarlo junto a mi hermana, sin éxito. Se avecina a la habitación como un tornado y abre la puerta de un golpe.

- ¡¿Quién te crees que eres, eh?! ¡Responde!- sus palabras salen como veneno, y no se detiene -. ¡¿Por qué eres tan irrespetuoso ante tu madre?!- al ver que no le respondo, se enfurece aún más y se abalanza sobre mi, con clara intención de golpearme, pero en ese instante reacciono por la furia y le contesto.

- Si es esta persona de aquí-. La señalo con mi dedo índice -a la que llamas "madre"- muevo mis dedos con mucha exageración, interpretando las comillas- estás equivocado. Yo jamás la veré como una, porque ni siquiera se ha dignado a cuidar los hijos que tuvo. Yo no soy su hijo, y ella no es mi madre, eso no cambiará. Así que no trates de convencerme de lo contrario, porque no pasará.

Dicho esto, salgo de la habitación, mientras escucho que mi "madre" llora, mi padre la consuela y mi hermana me sigue los pasos.

- Lo que dijiste estuvo mal, Mati... Ella no es como tú cre...

- Mira, Cata- le señalo la habitación en donde nuestros padres están hablando- piensa un segundo en esto. ¿Alguna vez mi supuesta madre estuvo ahí, cuidándome? No, con eso es más que suficiente. Ella no será jamás mi madre. -dicho esto, agarro mi abrigo, las llaves de casa, y me voy. Me voy a cualquier lado que no sea este.

Mientras caminaba en la vereda mirando el suelo, suena mi celular.

"Roma♡"

- Hola Roma, no sabes lo que me pasó, tengo mucho que conta...

- Ven a mi casa, Mati. Yo tengo que contarte algo también-. Me pareció un poco extraño el hecho de que sea tan directa. Ella nunca es así, mucho menos conmigo. ¿Habrá pasado algo?

- Está bien, de todas formas estoy cerca.

Toco la puerta con dos golpes, cansado de esperar que me abran. Toqué el timbre dos veces, pero al parecer no funciona, así que sigo tocando la puerta, desde hace diez minutos.

Cuando ya me doy por vencido, tomo mi celular y la llamo; "saldo insuficiente".

Genial, ¿algo más?

Por suerte, me llega un mensaje de ella, diciéndome que está abierto, y que entre.

Saludo a sus padres y me dirijo a su habitación.
Como todo el mundo, sus padres también sospechan sobre nuestro "noviazgo", y aunque intentamos varias veces hacerles entender que no hay nada, ellos se guían más por lo que dicen los demás.

Así soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora