03

38 5 0
                                    

Desperté, gracias a la luz que entraba por mi ventana... No quería levantarme, no quería moverme ni tampoco ir al colegio. Sólo necesitaba permanecer en mi cómoda cama y dormir, hasta que se me pase este dolor de cabeza. Anoche me quedé tanto tiempo despierto mientras pensaba, que llegó a darme una fuerte jaqueca, la cual me molestó hasta el último minuto en que me dormí...

Y es en ese momento, cuando suena mi celular. Como supuse que era la alarma, voltee el movil para que se apague y así seguir durmiendo, pero veo que no responde y me altero. Así que tomo el dispositivo en mis manos y veo la pantalla;

Número desconocido

Que extraño, nunca me llama nadie que no sea Roma o mi padre... Contesto.

- ¿Hola? ¿Quién habla?

- Hola... - su voz era femenina, adulta y asquerosamente familiar.

- No quiero hablar contigo, ¿Quién te dio mi número? - pregunta estúpida, obviamente mi padre - y también, ¡¿Cómo se te ocurre llamarme a estas horas?!

- Escucha Mateo, siento mucho lo que pasó anteriormente. Sé que fui una mala madre...

- Eres una mala madre - Le corrijo.

- Pero aún así - sigue con su estúpido sermón, dudo que me haya escuchado -, me gustaría que me des una oportunidad para enmendar las cosas, para demostrarte que cambié y soy mejor. Por favor, hijo...

- Yo no soy tu hijo, y ya basta de todo esto. Jamás te perdonaré, debiste haber pensado mejor antes de irte con otro tipo y abandonar a tu hijo de cuatro años, ¿escuchaste bien? ¡cuatro malditos años! - me estaba desesperando, de repente toda la nostalgia me invadía de nuevo, la ansiedad se hacía paso y la depresión estaba surgiendo -. Y no te importó, nada te importó en lo más mínimo. - tomo una gran bocanada de aire para expulsarlo con brusquedad- Esta conversación se acabó.

Y sin más rodeos, colgué. La furia, tristeza, e incomodidad se hacían presentes... Qué mujer.




Estando en la entrada del colegio, Roma me divisa desde adentro y me hace señas para que valla en su dirección, pero en el trayecto me golpeo con alguien que me hace tirar los apuntes. Sí, mis supuestos "apuntes" para el supuesto "examen" de hoy. Tuve que hacerlo un poco más realista para que mi padre quede más convencido, debido a que él nos trae siempre. Gracias al cielo, no tocó el tema de mi madre durante todo el trayecto, así que tengo la mente bastante fresca. Pero debido al golpe que me acaban de dar, caigo al suelo junto con todas las hojas que están esparcidas por el suelo y me desconcierto.

《¿Quién demonios es tan bruto? Debe estar tan ciego que no me divisó, a pesar de estar a unos centímetros cerca. Debe ser tan idiota que no le llega oxígeno al cerebro para poder procesar sus acciones "involuntarias". Seguramente tenga un tumor cerebral, o peor aún, debe ser un descerebrado.》

Son los pensamientos que tengo mientras me levanto y me sacudo la ropa, pero lo veo ahí, levantando todos los papeles que dejé volar por el aire. Lo veo a él, juntando mi desorden, ruborizado y claramente avergonzado. Y me quedo mirándolo embobado hasta que reacciono gracias a Roma.

- Oye, tonto - me dice Roma con un codazo - ¿Vas a quedarte ahí como un completo torpe mirando a tu enamorado, o lo vas a ayudar de una vez?

- Ah, ¿qué? Sí, si - me ruborizo al instante.

Voy en su dirección y lo ayudo a juntar mis cosas, pero sólo queda una hoja. Justamente cuando la estoy por tomar, el también hace la misma acción y acabamos tocando nuestras manos. No soporto más la humillación e incomodidad y tomo la hoja con brusquedad.

- Extraña reacción - dice él, para mi sorpresa. Su voz es como si un ángel estuviese hablando. Parece exagerado, pero tiene la voz grave, aunque melodiosa, con un cierto tono seductor y aires de superioridad. Es algo extraña, pero perfecta. No sé qué es lo que me hace sentir escucharlo, pero me estremezco.

- L-lo siento, soy un poco torpe.

- No es nada, sólo me pareció extraño, ya que yo te ayudé a juntar todas las hojas del suelo y tu me las quitas de la mano. ¿Así son los agradecimientos en esta escuela? - dice con cierto sarcasmo mientras esboza una leve sonrisa torcida que me derrite más. Esto no es así, no debería atraerme este idiota, este trozo de basura. Pero una vez en algún sitio, leí que sólo hacen falta cinco minutos para enamorarse... Estoy jodido.

- Gracias - digo sin más, tomo los papeles que me faltaban y me retiro tapándome la cara con las hojas junto con Roma, quien me mira expectante y enternecida por mi reacción. Estoy muy avergonzado para decir algo más, debo tener la cara como un tomate ya que la siento caliente.

- De nada - ogio de fondo, mientras él ríe suavemente.




Primer recreo, no entendí nada. La clase de historia estuvo demasiado aburrida, el profesor se presentó en cinco minutos para  luego darnos un millón de ejercicios estúpidos que seguramente nadie entiende. Yo, siendo sincero, no recuerdo nada, las vacaciones hicieron que me olvide todo.
... 《Roma, no sé qué haría sin ti》...
Pues ella se sabía todas las respuestas. Realmente la admiro.

Y en un abrir y cerrar de ojos...

- ¿Estás solo?

Esa pregunta hace que salga de mis pensamientos y gire mi cabeza hacia el asiento de mi amiga, que ahora estaba siendo ocupado por él.

- S-si.

- Sabes, me di cuenta de que no sé tu nombre, ni tu el mío.

¿Que no sé su nombre? Pff, claro que sí. Cómo no saberlo, si él es el hijo de mi futura jefa.

- Me llamo Mateo.

- ¿Mateo qué?

- Mateo González.

- Bonito nombre, Mateo - al escucharlo decir mi nombre, me recorre un escalofrío por toda la columna vertebral, por lo que tiemblo un poco y el se percata de eso, pero no dice nada. - Bueno, mi nombre es Isaac, Isaac John Bridge.

No puedo creer lo opuestos que somos, tanto en apariencia y posición económica, como en nombres y apellidos. Tampoco me imaginé que su segundo nombre sea John. Ni siquiera sabía que tenía dos nombres, y mucho menos que el primero no era John, sino Isaac. Este chico tiene sorpresas...

Él es como salido de una historia cliché, y yo... Como la triste realidad.

- Que bonito nombre tienes tu también.

y valla que es bonito, Isaac.


Hablamos en los ultimos dos recreos, y la verdad, fue muy agradable... Pero noté algo extraño en él, algo parecido a un leve impulso.

No le gusta esperar.

Cuando me quedaba meditando un momento para responder de la forma más correcta, él comenzaba a mover las manos, los dedos, o el pie. Era extraño...

Pero aún así pasamos un buen rato. Me agrada Isaac, es un lindo chico.

.
.
.
.
.
.
.

¡Hola a tod@s! ¿qué les pareció el capítulo? Mañana corregire los errores, porque ahora estoy muy cansada debido a que son las 3 am ㅋㅋㅋ.

Espero que les haya gustado leer este capítulo, y si fue así, haganmelo saber con una estrellita.

¡Comenten alguna sugerencia para mi!

Eso es todo por hoy, ¡byeee!♡

Así soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora