Entre Cartas, Odio Y Suspiros.❤

~031

Regulus descansaba en su cama, hace no más de cuatro horas que había dejado a Cédric y Harry en la habitación. Resultaba ser que aveces al mayor gustaba de cuidar del ojiverde, no podía evitar consentir lo que pedían, hasta su madre lo persuadió junto con Kreacher para dejarlos hacer una pequeña pijamada.

Primero que nada tuvo que ir directamente hacia con Tom para plantearle la idea de dejar al Hufflepuf y Gryffindor juntos, este lo había pensado demasiado pero al parecer Nagini lo había hecho tomar una decisión final prometiendo que ella estaría cuidando de Harry como siempre.

Suspiro levemente, volteo hacia un costado viendo la pared y algunos muebles que estaban en ese lugar. Aún no se atrevía a presentarse frente a Severus, uno de sus mejores amigos y sinceramente dudaba mucho de que fuera a hacerlo pronto, al menos confiaba en que Lucius cuidaba bien del pelinegro.

Remus se había ido a ver unos asuntos pues Tom le había pedido un gran favor para poder avanzar en la causa por la que luchaban; Harry estaba haciendo que el mayor replantee sus ideales poco a poco. Unos toques en su puerta fueron suficientes para que llamase su atención, abrieron y supo de quién se trataba.

- ¿Estás despierto Regulus? - la pregunta fue en forma de susurro.

- Lo estoy Sirius, ¿Pasa algo? - dijo aún sin voltear hacia la puerta, en realidad le agradaba la posición que tomo.

El mayor entró, cerró la puerta se sentó a un costado de la cama de su hermano y suspiro; ambos se daban la espalda.

- Fui a ver a los chicos, se quedaron dormidos muy rápido. - contó soltando una leve risa. - ¿Te acuerdas de esos tiempos?

- Sirius aún eres un mago joven, no debería afectarte la edad aún. - diversión se escuchó del menor. - pero respondiendo tu pregunta, sí aún lo recuerdo; siempre dabas la misma excusa de que yo estaba asustado por una simple tormenta u pesadilla.

- Sabías exactamente qué eso no era cierto y aún así nunca dijiste nada. - comento un poco impresionado.

- Uhh, alguien debía de cuidar de ti por supuesto. - respondió sincero. - En el día eras ese chico divertido e extrovertido que no teme a nada, pero de noche demostrabas que la valentía no sólo existe, sino también el miedo… ¿Estás asustado? 

Aquella pregunta la soltó sabiendo la respuesta, el silencio del mayor simplemente fue una afirmación y no pudo evitar sonreír levemente.

- Lo estoy y sinceramente no debería de estar contándote esto. - admitió con la voz baja, eran alrededor de las 3:50 de la mañana y no querían despertar a nadie. - Es extraño llegar a una situación así, aún no entiendo de qué serviré estando en este bando y en realidad nunca supe bien la causa por la cual inicio todo.

- ¿Hablas de la causa por la que peleo o por la de la orden? - pregunto volteandose para ver a su hermano, apenas lo podía divisar en la oscuridad.

- Ambas, primero pensé en pelear por la seguridad de Harry aunque termine en Azkaban por un largo tiempo. - contó. - Perdí a dos de mis amigos, Remus no quiso saber de mí, ni siquiera recibí un juicio justo y después descubrí que Peter me había tendido una trampa.

- Peter siempre ha sido un traidor, Nagini actualmente lo usa como juguete cuando lo ve. - molestia se escuchaba. - Pero hablando enserio, ahora no se trata de matar impuros, no fue eso desde un principio hasta que nuestro Lord cayó en la locura y se hizo un caos.

- ¿Tienes permitido hablarme de esto? - dijo volteando apenas pudiendo ver el rostro del contrario.

- Estoy seguro que Tom no sé molestará, después de todo es cosa que debí recordarle cuando volvió en sí. - soltó un leve bostezó. - El ministerio de magia británico no sabe lo que hace, al menos no con los jóvenes magos que están entre los muggles. Tú sabes perfectamente como creció Harry con sus tíos, rodeado de gritos y desprecios, no es un lugar para un joven mago.

Sirius se quedó callado un momento, quería saber si podría mantenerse neutral aunque tarde o temprano tendría que decidir. Harry era lo único que le quedaba de Lili y James después de todo; Remus se había unido a la causa por lo que supo hace dos años…

Se preguntaba que pensara la orden ahora que no tienen a Moony y a Severus; era curioso que nadie supiera que Remus era un infiltrado que jugaba contra la orden y Severus el infiltrado que traicionó a los mortifagos.

Unas pequeñas palmadas a su costado lo hicieron salir de sus pensamientos, supo bien que quería el menor pues lo mismo hacia cuando eran niños. Se acostó mirando aún el rostro del menor quién volvió a bostezar esta vez denotando el cansancio de su desvelada, no pudo evitar sonreír ante aquello.

- Descansa Regulus. - pronunció levemente sabiendo que el menor estaba cerrando sus ojos, acarició un poco las hebras castañas de su hermano.

- También para ti, Sirius. - fue lo último que dijo antes de quedarse dormido sintiendo aquel tacto, era hora de descansar aunque sea un rato antes de comenzar su mañana.

Afuera de la habitación caminaba Tom y a su costado Nagini quien lo acompañaba, se dirigían hacia la puerta donde estaba dormido el castaño. Observo aquella placa con las iniciales del castaño y no pudo evitar tocarla levemente, se agachó un poco dejando una pequeña canasta y abrió la puerta para que Nagini volviera a entrar para que durmiera.

El ojirojo apenas había acabado con sus obligaciones como Señor tenebroso, era tedioso pero valía la pena si podía convivir con el de ojos esmeraldas; sonrió levemente y se marchó satisfecho por el detalle que dejó para el Gryffindor.