Fases lunares

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Pasaron semanas desde que todo sucedió y, aunque YoonGi era insistente con la idea de levantarse de la cama porque decía encontrarse mejor, JiMin no se lo permitió. Él se preocupaba por su salud, de hecho, era él quien le ayudaba a desinfectar la herida, sonriendo al ver cómo los puntos iban cayéndose, indicando la cicatrización y su mejora.

Sin embargo, esa puesta de sol era diferente. El cielo parecía estar más nublado que de costumbre, pronto comenzaría a llover. De hecho, los truenos llegaron casi al mismo tiempo que el cambio de humor de YoonGi.

Hacía tan solo unas horas que la pareja había tenido una absurda discusión por razones que ambos desconocían. Poco después de ella, el mayor se encerró en la habitación que compartían, apoyándose en la fría barandilla del balcón y mirando a la nada mientras pesaba en millones de cosas a la vez.

No era normal que pasara tanto tiempo con esa actitud, o al menos no por tanto tiempo.

- Yoon... ¿Puedo pasar? – al no obtener respuesta, suspiró y buscó una forma de llamar su atención, pero había cambiado y, en realidad, había algunos aspectos en los que no podía reconocerle – Hyung, lo siento... No pensé que las teclas de tu teclado fuesen de quitaipón. No era mi intención perderla, perdóname.

Esa vez, tras esperar apenas un minuto, recibió su respuesta. Abrió la puerta con cuidado, pero solo vio cómo se tiraba boca abajo en la cama sin ningún tipo de cuidado.

- ¿Puedo pasar? – al no escucharle decir nada, solo se acercó hasta sentarse a un lado, esperando a que él le mirase con cierta preocupación.

- Lo siento, fui un idiota.... No debería haberte gritado.

Era extraño que fuera Min quien se disculpase, normalmente se mostraba recio a hacerlo, pero esa vez lo hizo y, lo cierto es que después pareció algo preocupante.

- Tranquilo, no pasa nada.

Ambos se disculparon, hablaron sobre lo que había sucedido entre ellos y acabaron dormidos, abrazado uno al otro en la cama. JiMin soñó dulcemente, pero Min no tuvo ningún sueño agradable.

A medianoche unos temblores despertaron al menor, no podía ignorar que YoonGi se estaba revolviendo entre sus brazos, mucho menos al ver su celo fruncido y escucharle quejarse entre sueños.

A decir verdad, solo esperaba que la lluvia le estuviese haciendo tener una pesadilla, pero lo cierto es que parecía bastante grave, sobre todo teniendo en cuenta que comenzó a murmurar y a ocultarse en su pecho, como si intentase huir de algo.

- YoonGi, amor... Despierta, es solo un sueño. – intentó despertarle como lo había estado haciendo durante esos días porque las pesadillas eran algo constante, pero nada dio resultado – Yoon... Despiértate.

Y entre todos los murmullos y balbuceos que salían de sus temblorosos labios, una frase destacó sobre la demás, una que fue como un horrible presentimiento para Park.

- Basta... No me toques. – su voz sonó rota, tanto como quedó el interior del menor al ver una lágrima saliendo de su lagrimal.

- Despierta... – desesperado al ver las lágrimas caer por sus mejillas y no conseguir despertarle, apoyó su cabeza sobre el pecho de YoonGi, rogando que estuviese bien y despertase una vez más.

Y por suerte, lo hizo, pero no de la manera que esperaba.

- Min YoonGi, atrévete a darme estos sustos de nuevo y te juro que yo... – no pudo terminar la frase, con solo mirarle no pudo seguir tratando de no parecer tan preocupado. Le vio llorando, lo hacía tapando su boca para no dejar salir los sollozos, pero era imposible retenerlos.

F i r s t L o v e	«ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora