Penumbras

Capítulo 10: Carga

En el reflejo de mi arma, podía ver tu mirada.

El ruido de sus pisadas era notorio, todo aquel que lo miraba automáticamente se hacía a un lado, lo cual le hacia sonreír. Llego hasta su destino y abrió la puerta llamando la atención de los presentes quienes lo miraban con asombro y otros con algo de temor.

–Jefe.

Fue lo que susurraron, pues no todos los días Stephen Strange aparecía, pero suponían que su presencia se debía al secuestro de Stane, al fin y al cabo ese hombre era una persona muy influyente.

–Denme un resumen de lo ocurrido hasta ahora.- Hablo sin mirar a nadie en específico y se sentó en una de las sillas.

–Hasta ahora sabemos que el asesino Crimson Dynamo es mujer, también sabemos que fue una sobreviviente del incendio que suscitó en el orfanato Crimson hace 12 años, y tal parece que tiene parentesco con el señor Anthony Stark.

–¿Ya lo interrogaron?

–Lo hicimos señor, sin embargo el señor Stark no fue capaz de responder nuestras preguntas.

–¿Se niega a cooperar?

–No es su falta de cooperación, sino que padece amnesia.

–¿Están seguros? ¿Acaso no estará fingiendo?

–Comprobé ese hecho –expreso Loki–. Hable con su psiquiatra, quien asegura que su pérdida de memoria puede ser permanente.

–Entonces no tiene caso seguir con él.

–Con todo respeto señor, creo que la asesina hará contacto con el –Hablo Loki.

–¿Con que bases? Me acaba de decir que el hombre no tiene memoria. Por si fuera poco están perdiendo el tiempo en este hombre, cuando deberían buscar pistas en otros lugares que nos puedan conducir a la asesina y al paradero del señor Stane. ¿Por cierto cuantas probabilidades hay que este siga con vida?

–Después de 24 horas, las probabilidades son menores del 10%.- menciona Barnes.

–¿Cuánto tiempo lleva el hombre secuestrado?

–Lleva más de 36 horas.- Hablo Clint.

–Entonces liberen al señor Stark, lo que menos necesitamos es que su abogado nos acuse de retención injustificada, mucho menos que nos ataque en los medios. Sobre todo porque ya nos tienen en la mira, al no encontrar al señor Stane.

Me preguntaba que pensarías si vieras al monstruo en el que me he convertido.

Todo era borroso para él, ni siquiera podía sentir dolor ya. Aun así, ella lograba lastimarlo de nuevas formas, estaba jadeando, y aunque sus costillas dolían, trataba de llenar sus pulmones de aire.

–Es doloroso ¿No? el sentir como tu vida se desvanece lentamente sin que puedas hacer algo.

–No importa si me sigues torturando, al final moriré –Obadiah sonreía.

–Te lo dije, Obie nada será tan fácil. Pero puedo decir que lamentare algo de todo corazón –expreso de manera triste y angustiada–. Extrañare tus pláticas.

–¿Qué significa eso?

De pronto Natasha con unas pinzas saco la lengua de Stane, quien aún cansado temblaba de miedo y suplicaba, mientras la mujer sonreía, mientras sostenía aquel cuchillo que brillaba.

–Créeme tu infierno será muy diferente al mío.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Tony estaba en la sala de interrogatorio mirando con curiosidad y algo de cansancio a su alrededor, admitía que estaba empezando a sufrir una fuerte migraña, lo cual no era para menos, aquel sujeto llamado Loki había sido implacable a la hora de interrogarlo, tratando de observar sus gestos y averiguar si mentía en todo ese asunto.

Para Anthony aquel hombre era sumamente aterrador, sentía que esa mirada verdosa era capaz de ver todo su interior, lo cual era desconcertante puesto que su pasado estaba teñido de blanco, un triste pero hermoso paisaje blanco.

De pronto escucho el chirrido de la puerta, se sorprendió un poco al ver entrar a Steve quien lucía algo avergonzado.

–Lamento todo lo que ha sucedido –Miro con algo de vergüenza al castaño, le había prometido mantenerlo al margen después de haber hablado y que este le contara parte de su pasado. Lamentablemente él había fallado.

–No debes sentirte culpable, ninguno de los dos sabía que esto resultaría así. Además no todos los días descubro que tengo una hermana y que al parecer es una asesina serial –respondió con una sonrisa, algo sutil pero que trataba de expresar la tranquilidad de su dueño.

Pero Steve quien había convivido por bastante tiempo con Tony, sabía que a pesar de la aparente tranquilidad que mostraba estaba seguro que el castaño estaba tratando de procesar todo lo que le habían dicho sin caer en shock o en algún estado de ansiedad.

No dijo nada, ya que realmente que podía decir en esa situación. ¿Qué palabras podía utilizar en ese momento? La respuesta era ninguna, por lo tanto solo se sentó frente al castaño y tomo su mano. Quizás podría considerarse insignificante el gesto pero sabía que era lo único que podría hacer en ese instante.

Y después de mucho tiempo derrame todas esas lagrimas...

Miraba las noticias en donde la historia de Obadiah Stane daba un giro dramático al dar con el nombre de quien era el asesino, el shock fue inmediato. Trataba de repetirse una y otra vez que no podía ser posible, él había visto morir a todos sus amigos. El vio morir a Anthony, vio morir a Tasha, a la chica pelirroja de nombre Natalie, los vio morir a todos.

Pero en ese instante ya no sabía que era verdad y que era mentira. Intentaba recordar pero cada vez que lo hacía empezaba a tener terribles dolores de cabeza.

Lo cual era raro porque cuando estuvo en terapia con Thor, jamás los padeció.

Estaba realmente confundido.

De pronto el sonido de su teléfono atrajo su atención, suponiendo que debía ser una emergencia no dudo en contestar.

–Diga.

"Ha pasado tiempo Brucie"

Empiezo a sentirse mareado y sus manos estaban sudando.

"No soy producto de tu imaginación, honestamente eso sería lo mejor para todos, pero tu mejor que nadie sabes que no es así"

–¿Por qué? –Fue lo único que realmente pudo decir, su mente era un caos.

"En verdad me gustaría explicarte, explicarles a ambos lo que sucedió. Pero estoy terminando de saldar unas cuentas con el monstruo que propicio todo esto, así que lo único que te diré es que es hora de dejes de cargar con nuestras muertes"

Después de esas palabras lo único que pudo escuchar fue aquel sonido que indicaba el término de esa llamada. Dejándole nuevamente con la incertidumbre de que fue lo que sucedió aquel día.

Que representaban el futuro que jamás tuvimos juntos.