Epílogo

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Se necesitaron un par de semanas para que la emoción se extinguiera en la pequeña ciudad. La Mazmorra Belcebú fue cerrada durante el resto del año para que la policía pudiera llevar a cabo su investigación. Mientras tanto, los residentes vivían en una actividad frenética con la noticia de que el asesinato de la tercera planta había sido finalmente resuelto.

Aunque Jimin estaba emocionado de finalmente ser conocido por algo más que hacer cosas desagradables en la sala de descanso del asilo de ancianos, todavía no podía luchar contra el deseo que tenía de ver a Yoongi de nuevo.

Lo que había comenzado como un enamoramiento se había convertido en algo más, y por primera vez, Jimin se encontraba realmente deseoso de tener una... relación seria con alguien.

Cuando se dio cuenta que no podría superar al chico de cabellos oscuros, el menor finalmente lo rastreó en su nuevo trabajo en el supermercado local. Después de caminar arriba y abajo por los lúgubres pasillos durante diez minutos, finalmente encontró a Yoongi trabajando en medio de la sección de productos en oferta.

Su corazón latía fuerte mientras lo observaba. Se veía aún más atractivo que la última vez que se vieron. A pesar de que desafortunadamente ahora llevaba el uniforme verde y marrón del supermercado, se las arreglaba para hacer que se viera sexy.

—¡Te extrañé! —gritó Jimin. Sostenía un archivo en la mano.

Yoongi lo miró y sonrió.

—¡Hey! Me preguntaba dónde habías ido.

Jimin tomó aire para reunir el valor para seguir hablando.

—Me tomé un descanso en lo de buscar trabajo y esas cosas. Ya que nos pagaron la recompensa, no veía la necesidad de salir corriendo a buscar un nuevo trabajo. Al menos de forma inmediata.

—¿Así que ahora estás buscando algo?

—Ya lo he encontrado —Jimin levantó la carpeta—. Tengo un nuevo caso para nosotros.

—¿Qué quieres decir? —Yoongi levantó una ceja.

El castaño se encogió de hombros, tratando de parecer indiferente a pesar de que tenía un nido de mariposas revoloteando en sus entrañas.

—Pensé que ya que lo habíamos hecho tan bien con el misterio de la Mazmorra, podríamos hacer un negocio de ello.

—¿Me estás tomando el pelo? —Yoongi preguntó con incredulidad—. Apenas salimos de aquello vivos y ahora quieres meternos en el negocio de la investigación.

—No es un negocio —corrigió—. Si hiciéramos eso tendríamos que molestarnos con las licencias y todos los demás aburridos formularios oficiales. ¿Quién quiere hacer eso? Solo vamos a ayudar a la gente con ciertas situaciones.

—Y cobrarles por ello.

—Bueno, tenemos que ganarnos la vida de alguna manera.

—Ya veo… —el mayor arrastró las palabras mientras asentía lentamente, su expresión decía claramente que no le interesaba ni un poco.

—Creo que formamos un gran equipo —Jimin hizo un gesto hacia el triste supermercado—. Por supuesto, a menos que no puedas vivir sin estar aquí. —sostuvo el aliento mientras Yoongi lo miraba fijamente.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el pelinegro estalló en una enorme sonrisa.

—Maldita sea, soy un tonto cuando me pones esos lindos ojos de cachorro. Supongo que no pierdo nada con revisar uno o dos casos más contigo. Déjame ver el archivo.

Jimin se adelantó y besó sus suaves labios, entregándole el archivo. Nunca había estado tan feliz ni tan emocionado como lo estaba en ese momento. Y nunca había reído tanto al ver la reacción de Yoongi cuando leyó que el caso trataba de un descuartizador serial.


 Y nunca había reído tanto al ver la reacción de Yoongi cuando leyó que el caso trataba de un descuartizador serial

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Fin.

Lᴀ Mᴀᴢᴍᴏʀʀᴀ Dᴇʟ Dɪᴀʙʟᴏ. ➸ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora