Capítulo 3 - Segunda parte.

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—Oí que alguien se acercaba y solo lo tomé como un cliente.

—¿Pero no lo era?

—No —los ojos de Yoongi se abrieron como platos, como si estuviera reviviendo el momento—. Salté a asustarlo y me encontré cara a cara con mi mayor miedo.

—¿Qué hiciste?

—Lo que cualquier otro individuo macho en mi posición haría; grité y salí corriendo. Luego las cosas se pusieron muy mal.

—¿Empeoraron? —preguntó el menor con incredulidad.

—En mi prisa por escapar, me tropecé con mi sábana y caí en la chimenea de la biblioteca. Justo cuando acababan de encenderla.

—Para mí, eso suena como un riesgo de incendio muy grande.

—No tienes ni idea —dijo Yoongi—. Si no hubiera sido por los zombis y su rápida respuesta con el extintor de incendios, en estos momentos la Mazmorra Belcebú solo sería cenizas.

De un momento a otro, Jimin se puso de puntillas y apretó sus labios contra la boca de Yoongi en un breve beso.

—¿Qué fue eso? —preguntó el pelinegro, no había ira en su voz, solo un suave desconcierto.

—Porque he decidido que después de todo me gustas. —contestó Jimin, sorprendiéndose incluso a sí mismo con la respuesta.

Hasta entonces, solo había visto a Yoongi como una distracción divertida que sería bueno para tal vez una follada o dos. Sin embargo, por alguna extraña razón, ahora que había visto su lado vulnerable, tonto y adorable, Jimin sintió algo más que eso, pero no sabía qué.

—¿Y si te dijera que yo podría hacer que ambos, tú y yo abandonáramos este trabajo para siempre? —habló de nuevo el castaño, rodeando con sus brazos los hombros de Yoongi.

—No será por ese estúpido asesinato que supuestamente tuvo lugar en el tercer piso, ¿no? —respondió, rodando los ojos.

—Pero el asesinato realmente ocurrió. Aunque solo tenía diez años en aquel entonces, todavía recuerdo a la perfección el día en el que ocurrió. En un pueblo tan pequeño, un asesinato es un gran asunto. Todo el mundo hablaba de ello, e incluso salió en la primera página del periódico local durante meses.

—¿Quién fue asesinado?

Le agradó a Jimin que por primera vez Yoongi pareciera realmente interesado. Como recompensa, le dio otro beso antes de continuar.

—Su nombre era Chae Hyesun. Ella tenía dieciocho, y era la actual reina de La Fiesta de la Manzana. Aunque nunca he visto el verdadero informe de la policía, el rumor es que alguien la estranguló y luego arrojó el cadáver en un bosque a un kilómetro y medio de aquí.

—Espera, pensé que habías dicho que el asesinato había ocurrido en el tercer piso de este edificio. ¿Sabían eso en ese momento o solo estás especulando? —intervino Yoongi.

—Ese siempre ha sido el rumor, pero hasta ahora, nadie ha sido capaz de demostrarlo.

—¿Hasta que tuviste tu charla con el señor Marcelo?

—No tienes que decirlo con tanta duda en tu voz —Jimin protestó—. Además, si lo que el señor Marcelo me dijo es cierto, entonces yo seré capaz de demostrarlo.

—¿Cómo vas a ser capaz de hacer eso?

—Cuando encontraron el cuerpo de Hyesun, su collar había desaparecido. Era una cadena de oro que tenía un pendiente de rubí en él. Era su regalo de graduación y nunca iba a ninguna parte sin él.

—¿Y cómo es que eso ayudará a resolver el caso?

—Según el señor Marcelo, Hyesun lo perdió cuando ella estaba luchando por su vida y cayó entre las grietas del suelo. Supongo que ha habido algunos daños por agua en el edificio y todos los pisos del tercer nivel están deformadas, por lo que hay huecos realmente grandes.

Por primera vez, Yoongi asintió.

—Tienes razón. Eso es por lo que nunca han abierto esa parte del edificio al público, se supone que ni siquiera el personal debe ir allí sin permiso, porque consideran que es demasiado peligroso.

—Por lo tanto, el collar probablemente todavía sigue allí. —concluyó Jimin, emocionado.

—Incluso si lo hacemos, ¿cómo vas a demostrar quién la mató? Y lo primero de todo, ¿cómo el señor Marcelo sabe eso?

—Debido a que el señor Marcelo trabajó aquí el año del asesinato. Sobre todo limpiando y cosas por el estilo. Él fue a dejar algunos equipos y casi tropezó justo sobre el asesinato. Tuvo suerte, y aunque no se manchó, jura que vio cometerse el asesinato. Incluso afirma haber visto el collar patinar por el suelo.

—¿Fue capaz de conseguir una buena vista del asesino?

Jimin negó con la cabeza.

—El tipo estaba de espaldas a él. Lo único que me pudo decir fue que el tipo era un poco gordo y tenía el pelo oscuro. Cuando le pregunté por qué no fue a la policía en ese entonces y se lo contó, me dijo que era porque estaba aterrorizado.

—Eso todavía no me dice cómo encontrar el collar va a resolver el asesinato. —insistió Yoongi.

—Creo que el asesino se lo arrancó mientras la asesinaba. Si le llevamos el collar a la policía, puede que sean capaces de sacar huellas dactilares o algo de él. —al menos Jimin lo esperaba, porque era todo lo que tenía para ofrecer.

—Tengo una última pregunta. Dijiste que todo eso sería la forma que tenemos para dejar de trabajar aquí. ¿Cómo sabes eso? —el mayor sonrió.

—Porque hay una recompensa de diez mil dólares por cualquier información que conduzca al arresto del asesino. Si me ayudas, lo dividiré contigo. Incluso si trabajas aquí el resto de la temporada, no hay manera de que ni siquiera consigas reunir cinco mil dólares. —sostuvo el aliento mientras esperaba a ver si Yoongi finalmente aceptaba ayudarlo.

Después de unos momentos de tensión, el pelinegro asintió.

—Okay, estoy dentro. Revisaremos la tercera planta.







Lᴀ Mᴀᴢᴍᴏʀʀᴀ Dᴇʟ Dɪᴀʙʟᴏ. ➸ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora