— ¡Quiero 7 vueltas a la pista y ninguna queja! —gritó la profesora e hizo sonar su chifle, indicando que debíamos empezar a correr.
Educación física siempre había sido mi materia favorita, hasta que el mismo diablo comenzó a enseñarla.
La Sra. Cameron era una pesadilla. Según se rumoraba en los pasillos, fue entrenadora física en la escuela militar, pero la echaron por usar esteroides.La clase tomaba lugar en el campo de fútbol americano, el cual a la vez era la cancha de fútbol. Lo que significaba que ambos equipos estaban entrenando a la vez que nosotros corríamos.
Para mi mala suerte, Visser no había faltado al entrenamiento, por lo que, cada vez que pasaba a su lado, debía soportar sus estúpidas palabras diciendo que soy lenta y que imaginara que era él quien estaba corriendo delante mío.
— ¡Más razones para ir lento, Visser! —le respondí, generando que sus amigos lo molestaran y exclamaran un "uh".
— ¡Varen! ¡Venga aquí! —me gritó el director técnico del equipo de fútbol, una vez que ya había terminado de dar las 7 vueltas.
Miré a la profesora, la cual, con un leve asentimiento de cabeza, dio permiso de arrimarme hacia el D.T.
— ¿Sucede algo, D.T? —pregunté, una vez que me encontraba a su lado.
— Sí —respondió, mirando al equipo que se encontraba sentado en el suelo—. He escuchado que estaba interesada en unirse al equipo, ¿es eso correcto?
— Sí, señor.
— Bien. Quiero que patee la pelota y meta un gol.
Sin decir más, puso la pelota en el punto de penal. Teníamos el mejor arquero de lo que yo creía era el Estado entero, por lo que me puse un poco nerviosa al notar su intensa mirada sobre mí.
— ¡Debes patearla, Varen! —me gritó Visser, al parecer ambos equipos estaban al tanto de lo que estaba sucediendo.
Le dediqué una sonrisa sarcástica y pateé la pelota, haciendo así un buen gol.
— ¡Te lo dedico, Visser! ¡Capaz que después de verme aprendes a anotar! —grité.
Educación física era mi última materia del día, por lo que aproveché a quedarme hasta más tarde entrenando con el equipo de fútbol.
El D.T me ofreció un lugar en el mismo, ya que no había un equipo femenino debido a que era la única interesada en el deporte en todo el colegio. Acepté gustosa, sobre todo porque eso iba a hacer que estuviera menos tiempo en casa y me sumaría créditos.
La tarde pasó normal, con algunos momentos de rivalidad entre Visser y yo.
Todo empeoró cuando su balón casi me pega en la cara.
— ¡¿Qué mierda, Visser?! —exclamé, furiosa.
Él no respondió nada, simplemente se encogió de hombros y me sonrió. Oh, ese fue su peor error.
Tomé la pelota y, sin pensarlo dos veces, la pateé en su dirección. A cambio de él, yo sí había logrado mi objetivo. La pelota se había estrellado contra su pierna.
— ¡¿Qué mierda, Varen?! —esta vez se quejó él.
Yo imité su acción, es decir, me encogí de hombros y le sonreí.
Y ese había sido mi peor error.
Seguimos pateándonos cosas entre nosotros, y hubo un momento en el que llegamos muy lejos: cuando el director entró al campo. Un balón y una pelota casi lo matan, por lo que Visser y yo ahora nos encontrábamos en detención.
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El Vecino |Grizz Visser| AU
FanfictionHistoria corta donde Grizz Visser y Kodiak Varen son vecinos... y no de los mejores. Fanfic de la serie de Netflix, The Society.