Capítulo 8: Compromisos y reencuentros

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Tal y como le aseguró Shizuku que lo encontraría, lo primero que éste hizo fue llamar a Hiroki para ver si el ojimarrón podía darles alguna pista acerca de dónde se encontraba exactamente Akihiko.
Esta idea calmó bastante la ansiedad de Misaki, quien no había reparado en preguntarle ni tan siquiera a Nowaki, por los nervios de no tener noticias de su novio.

Al contestar la llamada, el manager del peliplata le dijo a Shizuku que, el viernes, tras acabar la entrevista en el programa de televisión, Nowaki y él perdieron de vista al cantante, y que llevaban sin verlo casi dos días, lo que también les tenía preocupados. Así que, con la promesa de encontrarlo y darle noticias de su paradero lo más pronto posible a Misaki, Hiroki inició la búsqueda de su representado y mejor amigo a través de todas las personas en común que tenían en aquella ciudad.

Y cumpliendo con lo prometido, apenas quince minutos después Nowaki le llamó por teléfono para decirle que habían encontrado a Akihiko, y que se hallaba en casa de un amigo y su esposo.
Esto tranquilizó mucho al castaño, el cual sintió cómo el corazón volvía a latir en su pecho tras saber que su novio estaba bien, y que no le había pasado nada malo como empezaba a creer.
Aún así, debido al susto tan grande que Akihiko le había hecho pasar, Misaki tenía claro que le iba a decir unas cuantas cosas cuando le viese, y que le regañaría por no ser capaz de contestar sus llamadas.

Con esto en mente, la mañana del domingo, el castaño compró un billete de avión que lo llevase a Kyoto, para estar con su pareja y amigos, sin importarle los compromisos que hubiese en su agenda, pues para él, en ese momento, lo más importante era Akihiko.

Mientras que, la mañana del sábado, tras la entrevista que tuvo lugar la tarde anterior, y después de haber estado bebiendo toda la noche hasta quedarse inconsciente, el peliplata se despertó tumbado entre matorrales, en una acera de la calle, gracias a la voz de su amigo Miyagi, quien le llamaba para que se levantase del suelo.

—Akihiko, despierta...— pidió el moreno observando cómo su amigo parpadeaba para tratar de adaptarse a la luz del sol.

—¿Miyagi? ¿Qué hago yo aquí?— preguntó extrañado al reconocer el entorno en el que se encontraba— Pensé que estaba ya en tu casa— dijo tratando de incorporarse.

—No has llegado a entrar. Al parecer te quedaste dormido antes de tan siquiera llamar al telefonillo— contestó amigablemente— ¿Por qué no me avisaste de que vendrías? Hubiese ido a recogerte a donde me dijeses— aseguró dándole una mano al ojivioleta para que se levantara.

—¿No te lo dije?— preguntó Akihiko confuso, sin acordarse de nada de lo que había hecho la noche anterior tras acabar la entrevista— Creía que sí...

—No... Ni siquiera sabía que estabas en Kyoto— contestó Miyagi— De hecho, te he encontrado de casualidad porque he salido a comprar unas cosas al supermercado— añadió sorprendido de verlo después de tantos meses— ¿Quieres un café? Va muy bien para la resaca— le ofreció deduciendo que había bebido mucho para acabar así.

—Está bien, vamos...— respondió el peliplata siguiendo a su amigo, que volvió a entrar en su casa— Qué jardín tan bonito... ¿Quién lo cuida?— preguntó observando los rosales llenos de rosas rojas.

—Shinobu— contestó refiriéndose a su marido— Todo lo que sea jardinería, le encanta, ¿no te acuerdas?— Akihiko asintió sonriendo— Y hace poco puso un huerto porque dice que quiere cultivar sus propios repollos— explicó riéndose por la obsesión que su pareja tenía con esa verdura.
Al escuchar las voces de ambos, el rubio salió al jardín para saludar al ojivioleta.

—¡Akihiko! ¡Cuánto tiempo!— exclamó alegremente saludando a su amigo— ¿Qué te trae por aquí? ¿Algún concierto?— quiso saber.

Ha Nacido Una Estrella [Akihiko x Misaki] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora