Capítulo 12: Nueva vida

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Así pasaron seis meses. Seis meses que, al principio, fueron mucho más duros de lo que Akihiko Usami pensó que serían.
Durante las primeras cinco semanas, el peliplata tuvo que lidiar con un fuerte síndrome de abstinencia por la enorme adicción al alcohol que sufría. Y no había día o noche en la que no sufriera insomnio, palpitaciones, sudoración, convulsiones, e incluso delirio tembloroso que sólo se calmaba cuando le administraban sus dosis de benzodiacepinas.

Akihiko también lo pasó bastante mal a la hora de tener que dejar la cocaína, pues se pasaba la mayor parte del tiempo irritable y apático, sufriendo en muchas ocasiones cambios en el apetito y náuseas que frecuentemente le hacían vomitar cualquier cosa que hubiese ingerido.
Durante un mes, el ojivioleta padeció de trastornos en el ritmo del sueño, pasando de la hipersomnia al insomnio en el mismo día, lo que le tenía visiblemente alterado.

Pero con lo que más sufría Akihiko, sin duda, era con estar separado de Misaki. Eso era lo que peor llevaba de todo aquel proceso, debido a lo mucho que lo echaba de menos, y a lo mucho que lo necesitaba a su lado esos meses.
Al castaño le había dicho que estaría en esa clínica todo el tiempo que fuese necesario para recuperarse por completo, pero lo único que sentía el peliplata, era que cada día que pasaba, separado de su dulce esposo, le hacía sumirse en una terrible y profunda depresión.

Y Misaki no estaba mucho mejor que Akihiko, ya que también lo añoraba muchísimo, y no hacía más que mirar el calendario y contar los días para que su marido volviese a casa.
La situación por la que pasaba el castaño era totalmente contraria a lo que Shizuku pensó en un primer momento.
El manager creía que al desaparecer Akihiko, durante un tiempo, Misaki se centraría más en su carrera artística. Pero lo que el moreno no sabía, era que en esos seis meses el ojiverde tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por componer nuevas canciones, y dar la talla en los conciertos o programas a los que le invitaban, pues sin Akihiko, Misaki sentía que su vida no estaba completa.

A pesar de todo, el castaño recibía casi a diario las visitas de Hiroki y Nowaki, que se pasaban días enteros en la casa sólo para hacerle compañía a Misaki, y que no se sintiese tan solo. Haruhiko también iba a verlo a menudo, y en aquellos meses lograron forjar una bonita amistad, debido a las cosas que le contaba de cuando Akihiko era niño, y a las veces que le decía cuánto quería a su hermano pequeño aunque se peleasen a menudo.
De igual manera que los demás, Takahiro y su familia también pasaban largas temporadas en Tokyo, quedándose con Misaki para apoyarlo y animarlo a que aguantase esos meses para que Akihiko le viese bien, y no se preocupase en el momento en que ambos se reencontrasen.

Una tarde en la que se encontraba sólo en su casa, ordenando las estanterías del salón, el castaño encontró un papel doblado en dos partes entre las hojas de un antiguo ejemplar de Romeo y Julieta.
Pudiéndole la curiosidad, desdobló el folio, y se encontró con una preciosa canción escrita a mano por el peliplata.

Don't wanna feel another touch
Don't wanna start another fire
Don't wanna know another kiss
No other name falling off my lips
Don't wanna give my heart away
To another stranger
Or let another day begin
Won't even let the sunlight in
No, I'll never love again
I'll never love again

Aunque estaba inacabada, Misaki no pudo evitar emocionarse al leer aquel estribillo que hablaba de lo que Akihiko sentía por él.
Contento de haberla encontrado, el castaño volvió a doblar el papel y lo metió en su cartera, con la idea de mostrársela al ojivioleta el día que pudiese ir a visitarlo a la clínica.

Finalmente, ese día llegó, y más feliz en ese momento que en los seis meses anteriores, Misaki fue a visitar a Akihiko, el cual ya estaba casi curado, y muy contento con la idea de volver a ver a su esposo.

Ha Nacido Una Estrella [Akihiko x Misaki] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora