Capítulo 5

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Alba estaba acostada en playa tomando un poco el sol, sus padres se encontraban en el agua. Esa misma tarde tenían planeado visitar el sur de la isla, pero les habían recomendado que mejor fueran otro día, ya que así podrían ver más sitios que en una tarde, por lo que decidieron pasar la tarde en la playa.

Estaba mirando su Instagram cuando escuchó la voz de Santi a lo lejos, levantó la vista y le saludó con la mano ya que estaba con sus amigos y no quería interrumpirlo, pero él mismo fue el que se acercó hasta ella.

-Hola Alba, ¿qué tal estás?

-Hola, muy bien ¿y tú?

-Bien, vamos a ir mis amigos y yo a jugar al fútbol, ¿te vienes?

-No sé, es que se me da muy mal el fútbol.

-No importa, si quieres puedes mirar, está Natalia con sus amigos, vinieron a pasar el día aquí con ella.- el nombre de Natalia la hizo cambiar de opinión, desde el día del beso no se veían, o sea anteayer, por lo aceptó ir. Se acercó hasta la orilla y fue a avisar a sus padres.

Santi le presentó a sus amigos y fueron hacia donde iban a jugar. Durante el camino Santi le dijo que habían venido un amigo y dos amigas de Natalia.

-¿Jugáis en un parking?.- preguntó Alba extrañada al ver donde la había llevado.

-Sí, pero estos parking solo se abren cuando hay fiestas en el pueblo y eso, por eso hoy está cerrado.

Se acercaron hasta donde estaban Natalia y sus amigos, el chico tenía los pelos un poco rizados y por lo que se veía un poco más bajo que Natalia, luego había una chica con el pelo rubio y largo con tatuajes por sus brazos, y por último una chica morena más baja que Alba.

-¿Alba?.- preguntó extrañada Natalia, Alba saludó con la mano un poco tímida-. Mira, estos son algunos de los amigos de lo que te he hablado. Él es Miki, ella María y ella Africa.- los saludó a todos con dos besos y se sentó a lado de Natalia.

Estuvieron un rato hablando mientras veían como Santi y sus amigos jugaban al fútbol, los amigos de Natalia le cayeron súper bien, eran bastantes simpáticos y divertidos, veía normal que fueran sus amigos.

-Entonces eres de Madrid, ¿no?.- le dijo María.

-Sí, nací en Elche pero llevo desde los dos años viviendo en Madrid.

-Madrid está fleje guapo, cuando fui con mis padres me enamoré muchísimo.- dijo Africa-. Era increíble la cantidad de tiendas y personas que había por las calles.

-La verdad a veces me agobio un poco allí, aquí por lo que he visto es todo más relajado, menos estrés.

Continuaron hablando hasta que Miki dijo de ir a otro lado ya que se había aburría de ver todo el rato a los chicos jugar. Decidieron ir hasta una escultura que había en el paseo marítimo y se sentaron en uno de los bancos que la rodeaban.

-No cabemos todos.- dijo Africa al darse cuenta de que el banco no era lo suficientemente largo-. Miki, te toca aguantar mi peso-. dijo y se sentó en las piernas de Miki, aún así no cabíamos todos.

-Yo no me voy sentar encima de nadie que luego me duelen las nalgas.- dijo María y todos reímos, la verdad es que no tenía filtro esa persona. Miró a Natalia y esta palmeó sus muslo para que se sentara allí. Se acercó y se sentó, la pelinegra rodeó su cintura con sus brazos y ella se acomodó allí.

-¿Te está gustando la isla?.- preguntó curioso Miki.

-La verdad que sí, me esperaba muchísimo menos.

-Es que miren, aquí Alba donde la ven no quería venir a Gran Canaria, ella quería ir a un sitio más lejos, no sabe bien lo que se iba a perder.- dijo Natalia y Alba le pegó en el brazo por decir eso-. ¿Pero por qué me pegas si es verdad?

no quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora