¿Qué eres?\\Beastars //cancelada

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A  la mañana siguiente la hembra se despertó nada más salió el sol, se encontraba en una habitación  de puras puertas correderas de color marrón y el suelo típico verde, se estiró en la misma cama alzando los brazos y levantando levemente la espalda.

Sé quedó un rato mirando al techo sin mucho que pensar, aparte de que estaba sola y entonces no corría ningún peligro de que la vieran sin su máscara, se sentó en la alcochada manta, mientras miraba a la nada, estaba completamente sin ropa, por lo que todas las marcas en su cuerpo eran visibles.

Giró la cabeza hacia la izquierda pudiendo ver un espejo rectangular se cuerpo entero y borde negro, los leones sabían que odiaba los espejos, así que enfurecida se levantó tirando la manta hacia ningún lugar en concreto.

Y en cuestión de segundos el cristal estaba esparcido por el suelo, pero quedó enganchado una parte en la que todavía reflejaba su bello rostro con perfecta cutis, con ojos color grisáceo y pelo negro como el carbón que le llegaba hasta la cintura, y logró ver lo que más le molestaba, que era aquella cicatriz en forma de arañazo en el lateral del cuello.

Su cuerpo delgado y con curvas daban a notar los músculos bien definidos pero sin exagerar, y su pecho de perfecto tamaño, para ella era una maldición para otros una bendición.

A apenas unos cuartos de distancia, estaban todos desayunando incluido Louis, estaban tranquilamente hasta que se escuchó un ruido de cristales.

-¿Qué ha sido eso?- preguntó un tanto extrañado.

Ibuki no dijo ninguna palabra y se levantó para ir a la habitación de la fémina. Louis le siguió con la mirada y dirigió su mirada al resto del clan.

-Mmm vera jefe...Eso significa que Mariposa ha visto un espejo en su habitación...Y bueno, no le agradan mucho- contesto uno con la mirada baja.

Estaban todos vestidos con sus respectivos trajes y uniforme de la escuela, ya que no le dio tiempo al ciervo de ir a por otro cambio de ropa. Le molestó un poco que hubiera tanto ruido desde por la mañana, pero aún así de su mente no se iba el rostro, que no vio pero si tocó, de la fémina.

Al cabo de un rato ambos, Ibuki y Mariposa aparecieron por la puerta, ella con su típico traje de color negro, que constaba de una chaqueta negra, que se ajustaba perfectamente a su cuerpo pero que la daba movilidad, y unos vaqueros de color negro incluido las deportivas, y obviamente la máscara de conejo que siempre la acompañaba.

Debido a que su despertar no había sido muy bueno los leones no la dirigieron ni palabra pero aquel ciervo rojo tenía que abrir la boca, como siempre.

-Señorita, no hacia falta formar tanto escándalo por un espejo- dijo con total tranquilidad, pero en cuestión de segundos se encontraba tumbado sin recibir oxígeno, con las manos de Mariposa en su cuello, y con ella encima con las piernas a los laterales.

-Ni se te ocurra decirme que puedo o no puedo hacer porque te juro que te rompo el cuello en dos ¿entendido? No sabes nada de mí y nunca lo sabrás así que mantente distanciado y muere en silencio cuando sea tu turno pero a mí no me mandes- decía gritando y con lágrimas deslizándose por sus mejillas, acto que no se podía ver por su máscara.

Es cierto tenia demonios igual que todos, pero los suyos la invadían la mente y el cuerpo sin poder tomar reacción de sus propias acciones algunas veces.

Los leones la separaron de su nuevo jefe mientras está gruñia y pataleaba lastimando a algún que otro miembro del clan, y si, un simple espejo había amargado su día.

Se marchó de allí en cuanto la soltaron y desapareció en cuestión de segundos. Pero Louis al ver los ojos de la fémina a través de esa máscara fue el único que pudo ver que lloraba, así que decidió arriesgarse e investigar sobre su especie y si es posible, sobre ella.

-(Esa mirada se parecía mucho a la mía según Haru me describió...Si pertenece y es importante para el clan es mi deber averiguar todo)- pensaba mientras escuchaba las voces de los leones de fondo preguntándole si se encontraba bien.

Unas horas más tarde al rededor de las 12 de la noche, Mariposa se encontraba caminando por las calles del mercado negro, todos los animales que se encontraban a su paso se apartaban, ya que la temían, estaba acostumbrada a aquello pero ese día  no era uno de los mejores, horas atrás se metió en una pelea con unos carnívoros borrachos, así que su aspecto en ese momento con la ropa rota y llena de sangre que apenas se podía ver pero se polia oler, aterraba a todos.

Cogió camino a la casa de su panda favorito con la esperanza de poder despejarse un poco de toda la mierda, mientras pensaba en todo se dio cuenta de que estaba en la puerta del hospital, fue a agarrar el pomo para abrir pero una mano grande con garras y de pelaje gris hizo presencia, miró hacia su izquierda encontrándose con dicho lobo y ambos en estado de shock pronunciaron.

-Tú...-