Hakujitsu

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Un sonido cálido

- Ahora pasas tu dedo medio por debajo y listo. Tienes la forma de una telaraña. - Tanjirou reía mientras veía como su hermana repetía cada uno de los pasos con los hijos que le había dado. - Muy bien, Nezuko es una experta en esto. - la vio asentir mientras formaba otra figura con los dedos.

Un sonido amable

- ¿Quieres formar otra figura Nezuko?, hay muchas formas. Te enseñaré hacer una estrella.

Un sonido a cariño. A familia

Se encontraba sentado en el tatami contrario a ellos. Podía escuchar todo y más allá de lo que podían decir sus palabras. El sonido de un hermano alegre, gentil y orgulloso por ver a su hermana que parecía más y más humana. El sonido de una chica, dulce, y a pesar de tener los latidos del corazón erráticos podía asegurar que era aún más humana que la mayoría de los que se denominan personas.

Mordía su galleta mientras recordaban su tiempo con Kaigaku y su abuelo. Fue lo más cercano que tenía a una familia. Jamás había entendió cómo podría formarse un afecto tan grande entre personas que no tenían algún lazo de sangre que los unía.

- Los extraño. - sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

Sabía que había perdido todo. Desde aquella batalla en la fortaleza, no, mucho antes. Desde aquella maldita carta y las torpes decisiones de Kaigaku. No podría volver a escuchar aquellos regaños llenos de amor o aquel dulce aroma de la cena que siempre venía acompañado de risas y alguno que otro regaño.

Era como una maldición, jamás podría tener aquella cálida familia, aquellos momentos de tranquilidad pasarían a ser sueños y poco a poco a ser nada. Ni recuerdos.

- ¿Zenitsu? - abrió sus ojos y vio aquel carmín en sus ojos. - ¿Por qué lloras? ¿Te sientes mal?

- Es verdad.. - limpio las lágrimas que corrían por sus mejillas. - Creo que ni yo se.

- Pero...

- Descuida. Además ya lo dije, ni yo se. Debieron caerme mal las galletas. ¿Y Nezuko?, escuché que jugabas con ella.

- Mmmm se quedó dormida. -

- Vaya. Debe estar agotada de todas las enseñanzas de hoy. - fingió demencia mientras veía sus pies. No podía mostrarle un rostro patético.

- No estás solo. - abrió sus ojos, como podía decir eso. Ahora también lee mentes. - Zenitsu tú no estas solo. Lamento mucho no haberlo entendido antes y no hacerle caso a aquel aroma a dolor.

Perdón por no estar contigo y despedirme correctamente de tu abuelo. Por no pelear junto a ti aquella vez con la sexta luna. Fingía que no lo percibía, pensaba más en otras cosas que no veía como lo perdías todo. Pero yo te lo aseguro, no estas solo. No volveré hacer eso. No permitiré que sufras en solitario.

Yo seré tu familia hoy y siempre.

Zenitsu no pudo soportar soltar una risa ante eso. A veces decía palabras que podían alentarlo y más allá. - Quieres decir que ahora soy el hermano mayor. - levanto su rostro y sonrió mientras sus lágrimas salían. - por qué si es así. Déjame decirte que tu hermano es un débil miedoso.

-¡Por supuesto que no! Yo siempre seré el hermano mayor que verá por ustedes. - puso su mano en el pecho. - y juro cuidarte y protegerte a costa de mi vida.

Zenitsu soltó otra carcajada. No podía creer las palabras que podía llegar a decir. - Vale, vale. Solo espero Nezuko me acepte como su nueva madre. No sé si entiendas a qué me refiero, papá.

Fukkatsu LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora