El viaje

1 0 0
                                    

Amo la lluvia de este día, la radio encendida, el color de la noche y el afán de vivir a toda costa cuando realmente no existe afán.

Acabo de salir de mi zona donde cuido enfermos, lisiados, adoloridos, perdidos, heridos, personas que ya jamás serán iguales después de pasar por ahí. Uno ve locura en cada una de esas cabezas antes y después. Ese lugar exterioriza los males de las personas.

Mientras cruzo la ciudad pensando por donde empezar veo un carro conocido pasar al lado mío. Mi delirio piensa que puede ser alguna de las personas que ha marcado mi vida. Mi perro me lame y olvidó ese pensamiento fugaz de aquella noche.

El amor es una puerta misteriosa y aunque las heridas nos muestran túneles de asombro, el amor nos muestra agujeros negros sin salida. El viaje a sido aturdidor y las paredes se han cerrado frenéticamente dejándome a un punto de ahogo formal.

En este pequeño hueco empiezo a entender que la vida ya no es solo un tiempo, sino un conjunto de sentimientos en sube y baja que nos llevan a algunas pocas cosas incomprensibles. Entre más traten de comprenderlo más perdidos estarán.

Para comenzar este viaje debo recordar mi tratamiento de principio a fin y como fue que empezó todo. El primero de todos los días de delirios fue una violación a todo lo que conocía bueno en mi cuerpo y mi vida.

Era tan solo una niña antes de empezar el viaje del amor, de unos 8 a 10 años mis primos lejanos se jugaban conmigo como si yo fuera un consolador o una mesa de placeres. No importaba si esta vez me tocaba una mujer o un hombre, yo seguiría siendo un objeto o una herramienta. No era humana en ninguno de esos momentos.

Recordar eso me hace pensar en caras y generalmente ni es algo que disfrute. Aunque fue mi primera violación no fue la última. Rebobinando la historia unos pocos años adelante también me encontré en una situación similar con un hombre que me doblaba la edad. Un hombre con aspecto joven y de Ángel que me hacía creer que todo sin amor era mejor. Pues no, se llama el arte de la manipulación la cual te lleva a hacer cosas que no quieres.

A veces uno se ahoga en llanto, uno trata de quitarse de la vida a pocos con actividades nada sanas. Pero ¿de que sirve? Así fue donde empecé a darme cuenta que las cosas no iban bien conmigo y que más bien iban era en picada.

Este no es un viaje que se eleve sino es un viaje al inframundo. Un lugar negro y lleno de dolor que nadie jamás pensó que se podría llegar. Es la ruptura de una sociedad que como daño colateral le da vida a este ser. Así nos subimos a el carrusel.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 04, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Coincidencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora