VII - Tiempo de celebrar

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— ¿Por qué padre no está aquí con nosotros?

—Porque tiene muchos deberes igual que yo... La próxima vez te quedas con él si eso gustas.

—Quiero estar con padre y contigo.

—Y lo estarás, pero hay reglas. Dime algo antes ¿no te gusta?

—Me gusta que parezca tu cabello.

Rió encantado por la torpe corona de flores que hizo su pequeño Wooyoung. Para ellos tres -pues Jeonghan siempre los acompaña-, es como si no estuviera aconteciendo una épica e inolvidable guerra para los albores de la historia y el tiempo. Ellos solo pasean por grandes prados, bosques, incluso algunas lagunas.

Viven totalmente en su mundo y Jimin es feliz así. No quiere que su pequeño apenas crecido -como dios crecen de manera acelerada-, vea barbarie, no sin saber cual es su don y motivo de haber nacido aparte de alegrar su eternidad y la de Jungkook junto al trono del Averno. Quién sabe, quizá no sea lo que él quiere.

Wooyoung al salir del Averno junto con él para los tiempo primaverales tenía una melena espesamente negra, con el paso del tiempo y al igual que Jimin, su melena varió de tono hasta volverse un suave rubio cenizo. Para él es tremendamente adorable que sea así y Jeonghan lo disfruta a más no poder.

Incluso visitaron a Jin en su palacio. Pasaron unos largos días allí con el próximo nacimiento de su hijo. Jin insistía tanto en que sería como el mejor y más lindo amigo que jamás Wooyoung pudiera desear; se formaban muy incómodos momentos por Jin prácticamente desposando a su hijo -pues está muy seguro de que será niño-, con Wooyoung.

Jeonghan no lo permitía a durar demasiado, casi siempre se llevaba a Wooyoung con él. No se lo roba de Jimin, actúa como un cuidadoso abuelo que adora a su nieto; detalle que incluso Jimin temió que no sucediera. Conoce bien a su padre y es un poco... obsesivo.

—Extraña muchísimo a Jungkook a pesar de haberlo visto por apenas dos días—suspira entristecido—. No sé qué hacer, debo seguir aquí por una temporada y él desea volver.

—Viene de los dos regentes del Averno ¿Qué esperabas Jimin? Claramente querría ir allí a estar en su tenebroso ambiente—Jimin rechazó suavemente la copa de vino que Jin le ofreció—. Espero que también entiendas que posiblemente no sea capaz de sobrevivir tanto tiempo aquí. al fin y al cabo, nació en el Averno.

—Lo sé...

— ¿Podrás separarte de él? —Jimin abrió la boca y la volvió a cerrar apretando sus manos, en la diestra donde permanece el anillo de regente del Averno.

—Sé lo que se siente ser encerrado... No quisiera eso para él. —Jin le acarició la cabeza a Jimin. Jamás dejaría de ser un niño.

—Es bueno que lo comprendas. Espero que Jungkook también y no sea lo suficientemente rastrero como para usarlo a modo de vía para impedir que te alejes de él. Lo veo muy capaz—admite tras un trago a su bebida—. Está perdido de amor por ti. Como nadie que haya visto antes y mira y conozco muchos casos. Daría su dominio entero por ti.

—Habiéndole sido infiel lo dudo mucho.

—Estás triste.

Le sonrió forzado a Wooyoung. Si, lo entristece mucho el tema, pero su pequeño es capaz de darse cuenta e intenta de evitar aquellos pensamientos tan pesados.

Pocos días después Jin dio a luz y Namjoon estuvo presente. Realmente fue un bebé de lo más hermoso que se pueda ver y bautizado como Vernon. Tenía cabello castaño bastante oscuro y lloraba a mares cuando Wooyoung estaba cerca, así mismo el hijo de Jimin entraba en el mismo estado por sentir el rechazo del bebé.

La escena es muy tierna... y repetida.

— ¡No me quiere! —lloriquea. Jimin no logra apaciguarlo con absolutamente nada. Jeonghan tampoco.

—si te quiere solo... eh... solo...—no sabe qué decirle cuando la verdad está medianamente explícita.

Hizo florecer grandes árboles, Jin no se molestaría, mucho menos ahora que está paseando a tu pequeña criatura que disfruta con los pétalos volando. Tanto que soltó la mano de Jin para andar así fuera torpemente. Como mudo acuerdo se empezó a jugar a las escondidas o al corre que te pillo. Sea como sea, Vernon solo ve arriba pendiente de los pétalos blancos que caen.

Jin tarda en ubicarlo y creyó haber escuchado un bufido animal. Entre los troncos visualizo una especie de jabalí muy-

— ¡VERNON! ¡CARIÑO VEN AQUÍ! ¡VERNON! —grita histérico entre troncos gruesos y fuertes.

El gruñido animal lo alteró aún más hasta que sin querer tropezó y solo en el suelo se fijó en que Vernon está acuclillado viéndolo con curiosidad y un poco de diversión. Lo abrazó apenas se incorporó. Debió haberlo imaginado y de no ser así, ya no pasaría nada.

Si ese es Kai... No iba a permitirle que hiciera nada.

—Iremos con Namjoon ¿vale?

El jabalí lo vio irse a prisa y con un sonido ligeramente satisfactorio se giró en dirección a l infante que busca en juego a su papá. Su gruñido fue fuerte, lo suficiente para que Wooyoung se volteara y lo viera antes de ser embestido de golpe el pequeño cuerpo que gimió.

En el suelo el jabalí lo pisa, aplasta y muerde mientras el pequeño llora y grita por ayuda hasta que se van apagando... Cuando la sangre mancha los pétalos que lo van cubriendo.

— ¿Wooyoung? —pregunta Jimin cantarín, han jugado esto tantas veces y Wooyoung lo halla demasiado pronto—. Wooyoung ven... aquí...

— ¿Ji...? Ay no...

Jimin se llevó lentamente las manos a la cara. Las piernas le temblaron hasta caer al suelo. Un quejido suave se le escapó.

—No... Nono...

— ¡REGRESA AQUÍ! —Jeonghan persigue al jabalí que huye.

A gatas se acercó y acarició el suave y sangriento rostro de su hijo. Lo alzó del suelo y lo abrazó, manchando su ropa blanca y así mismo, su rostro por juntas su mejilla con la contraria. Lo apretó contra su cuerpo hasta que...

Gritó...

Tan fuerte que la garganta le duele.

Tan triste que las plantas a su alrededor se marchitan.

Sus lágrimas abundantes limpian el sucio rostro.

Es curioso, porque a los mortales tienen una ley divina en la cual dicta que un padre no debe ni puede ver a su hijo morir; sostener su cadáver...

¿Y aun así otro dios le hace esto?

Su cuerpo sigue teniendo espasmos y apenas alza la mirada ver a Jungkook con esa expresión tan neutra suya...

Y lágrimas silenciosas como él deslizándose hasta también caer en el hijo que tanto esperaron.

—Lo vi llegar...—dice y Jimin no pudo seguirlo viendo a la cara, sollozando más fuerte con el corazón apretado en su pecho—. Lo vi perderse en el Elíseo... No pude alcanzarlo.

Por naturaleza, es indiferente... Para proteger sus propias emociones.

Ocultar cómo le está rompiendo el alma esto.

Caído de rodillas abrazó a Jimin para cubrirlo y nadie fuese a ver sus lágrimas y lamentos por el cadáver que lentamente es absorbido por el suelo.

Wooyoung se volvió flores de lila...

Flores puestas para la celebración de su funeral.

—Quién haga daño a mis seres más preciados no quedará impune... Y sufrirá por cada lágrima tuya y cada lágrima que él haya derramado por agonía.

Jimin quiso haberse muerto en ese momento para poder sentir la misma ansia de venganza, sin embargo, y en vida... solo puede seguir llorando la muerte.


Garden of Hesperides || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora