Se suicidó.

Navaja, pastillas y soga.

Primer corte.
Sintió su cuerpo temblar y las lágrimas empezaron a salir.

Segundo corte.
El ardor apareció y se mezcló con el dolor de su corazón.

Tercer corte.
La sangre no paraba de salir ni sus lágrimas.

Cuarto y quinto corte.
Fueron los más profundos y empezó a sollozar fuerte.

Su cuerpo temblaba incontrolable mente lloraba con tanto dolor en el alma y sus ojos y mejillas estaban llenos de lágrimas. Intentó seguir haciendo los cortes en su muñeca derecha pero su mano izquierda ya estaba débil; como pudo tomó el frasco de pastillas que ni sabía para qué eran.

Primer pastilla.
"Sos fea y estas muy gorda"

Segunda pastilla.
"Sos peor que un bebé"

Tercer pastilla.
"Madura que ya estás grande"¨

Cuarta pastilla.
"Sos un desastre"

Quinta pastilla.
"A nadie le importas"

Estaba tan decepcionada de la vida que no pudo mantener y superar todas las cosas que le pasaban que ya no le importaba nada, ya no había vuelta atrás y se tomó todas las pastillas del frasco mientras recordaba todo aquello que la había lastimado. Todo hubiera sido mejor si al menos ella misma se quisiera un poquito pero no, eso lo hacía peor. Su inseguridad era tan grande que provocaba que todo lo que intentaba hacer le salía tan mal que terminaba decepcionado a todas las personas que la rodeaban. 

Cada día era una mierda y no podía más. La muñeca le  sangraba , le ardía y se sentía mareada. Ya no quería estar un segundo más en este mudo, se levantó con toda la fuerza que tenía aún y tomó la soga que colgaba del techo de su baño; se subió a la pequeña silla y colocó la soga alrededor de su cuello y antes de tirar la silla lloró.

-¡Te equivocaste conmigo!- gritó llorando. -Nunca debí nacer, ¡¿Por qué permitiste que naciera tan mierda?! Nunca debí nacer, nunca debí nacer. ¡Nunca!-

La silla calló cuando ella se desmayó y terminó asfixiándose. En ese momento había dejado de existir en este mundo. Había tomado la decisión de irse para no complicar más la vida de sus familiares, ya no quería seguir sintiéndose vacía, ya no soportaba que cada segundo de su vida cometiera tantos errores, ahora ya no.

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Se "suicidó" decían, pero en realidad la mataron la soledad y las palabras hirientes que su corazón no aguantó más.

Como ella lo escribió en una de sus muchas cartas que dejó "probablemente lloren cuando ya no esté en este mundo, solo así se darán cuenta de que estuve aquí".

Su mamá y hermanos, su única y verdadera familia, estaban destrozados y su mejor amiga, ella no podía creer lo que estaba pasando, sabía sus problemas y siempre trató de impedir esto. Las demás personas solo lloraban porque había muerto y no podían creer que aquella chica callada, humilde, tierna y amable se quitara la vida.