En Problemas

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< {Preparándose mentalmente, Doncella y Guía miraron el umbral que les llevaba a una habitación desconocida para la chica, una terrible bestia se ocultaba tras atravesar ese marco. Una bestia tan peligrosa que hasta el valiente explorador que la acompañaba titubeo antes de entrar. ¿Su Salvador estaría aterrado en una situación así? No lo sabría con certeza.

Pero esa sería una de tantas pruebas que la joven Doncella tendría que superar para poder estar a la altura de su Salvador Blanco.} >

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Los dos se adentraron al pasillo que tanta desconfianza les provocaba. El gorgojo tomando la delantera, teniendo en mano un trozo de roca/cristal que usaría para defenderse si las cosas se ponían violentas, siguiéndole el paso y cubriendo su reta guardia, Bretta mantenía su arma principal (El aguijón largo que Iselda le había dado) en alto. Tal vez ella no fuese una guerrera dotada de buenas habilidades, pero de ser necesario lucharía.

Aunque todo ese temor y nervios se esfumaron al ver un pasillo largo y brillante totalmente solitario, el silencio sepulcral les era algo tranquilo pero antinatural, ni siquiera el sonido de la maquinaria se asomaba entre esas paredes de cristal. Lo único que había dentro de ese amplio pasillo era una bonita silla de metal, con mariposas metálicas gravadas en los hierros decorativos de su respaldo.

- Bien, parece que este lugar está despejado. – Suspiró la muchacha, realmente estaba muy nerviosa por entablar un duelo a muerte contra otra criatura, la simple idea de tener que derramar la sangre ajena y naranja de un ser infectado le resultaba repulsiva. No tardó mucho en reposar sobre el banco, sintiendo la extraña comodidad que una silla de acero era capaz de transmitir.

Cornifer no había bajado la guardia, seguía nervioso, sentía que le miraban desde algún lado, un punto ciego, y esa sensación de ser observado le estaba invadiendo desde que pusieron un pie en ese lugar.

El cartógrafo estuvo por indicarle a la fémina que le siguiese a la siguiente habitación de no ser porque por el rabillo del ojo capto un destello.
Miró la dirección de la cual provenía ese leve destello, a unos centímetros de él había un pequeño haz de luz.

El color de este rayo luminoso era naranjo, casi transparente, Cornifer acerco su mano hacia ésta luz sintiendo una cálida sensación. Pero en el instante que su mano entró en contacto con el rayo, este se multiplicó por montones.

Todos viniendo del techo.

En ese momento el gorgojo desvío rápidamente su mirada hacia arriba, viendo unos penetrantes y furiosos ojos naranjas camuflados entre montones de cristal, pero siendo visibles debido a su feroz brillo.

- ¡Bretta! - Corrió hacia su compañera, la cual descansaba sobre el banco de acero anteriormente mencionado. La chica miró con confusión al cartógrafo al elevar la mirada de su diario.

Las Desventuras De Una Doncella (Hollow Knight) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora