III;

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— Porfavor. No vuelvas a huir de mi. — Fue inevitable escuchar como aquella voz que tanto le gustaba sonaba triste. Su boca se abrió, sin saber que decir en esa situación, era algo que jamás había esperado ni imaginado.

La idea de que estuviera enojado con ella la había pensado, incluso pensó en que la ignoraria pero jamás pensó tenerlo frente a ella con esa expresión que no lograba terminar de comprender.

El agarre en su muñeca se fue volviendo cada vez más suave y él se acercó logrando ponerla todavía más nerviosa de lo que se encontraba, podría jurar que sus piernas temblaban y en cualquier momento fallarían dejándola caer al suelo en pleno pasillo vacío.

— ¿Cómo te atreves a correr así después de hacerme esperar dos años? — El ceño de SeungYoun se frunció ligeramente, no parecía del todo enojado pero sí quizás algo molesto. — Tenemos que hablar, lo sabes. —

Sabía que debían, pero las palabras se negaban a salir de su boca e incluso si salieran ¿Que le diría? No podía decirle que cada uno de sus días en Estados Unidos había pensado en él, que lo había extrañado aun si con suerte habían llegado a hablar diez veces, no podía decirle que en cuanto le observó a lo lejos en el comedor había sentido su corazón latir como hace dos años no le hacía.

SunHee inhaló, buscando el valor para hablar y por suerte lo logró, las palabras salieron temblorosas pero eso no importaba, estaba hablando con él, con el chico que sin darse cuenta había robado su corazón por completo.

— Lo siento, SeungYoun. — Su mirada lentamente fue a sus ojos y podría jurar que eran los más bonitos que existían, probablemente porque eran del chico que a sus ojos era totalmente perfecto. — Yo... No quería que tú me descubrieras. Quería mantenerlo para siempre como un secreto. — SunHee se sintió incapaz de continuar mirando sus ojos y terminó bajando su cabeza, observando ahora el suelo.

"Soy una estúpida, quizás ni siquiera debí volver aquí"

No sabía que decir y tampoco podía volver a huir porque aquella mano en su muñeca se lo impedía.

— SunHee, no estoy enojado contigo mucho menos te odio por irte. Lo pensé mucho, cada día que no estuviste lo pensé, he leído tantas veces esas notas que puedo jurarte que sé de memoria cada una de ellas. — Su corazón se aceleró al oírle decir todo eso, ella durante todo ese tiempo pensó que esas notas debían estar en la basura o quemadas, que él ya no pensaba en eso, que lo había dejado como un mal capítulo de su vida. — Sé muy bien que no vas a creerme ahora. Pero te lo demostraré. — Y con eso último el más alto soltó su muñeca. SunHee alzó su cabeza para observarlo en cuanto dejó de sentir su calidad mano tocar su piel y en cuanto vio aquel rostro estuvo segura de que era así, que planeaba demostrarlo aunque ni siquiera estaba segura de qué era lo que quería demostrar.

— Voy a hacer que no puedas estar sin mi. — Fue lo último que dijo antes de voltear e irse por el amplio pasillo dejando a una confundida castaña.

Se mantuvo durante minutos observando la dirección en la que él se había ido, todavía pensando en lo que había sucedido, en qué quería decir todo lo que había dicho porque era simplemente imposible pensar que sentía algo por ella. Sin duda se hubiese quedado durante horas más si la voz de YooMin no le hubiese sacado de su problema mental.

— ¿Estás bien? — La más alta se acercó preocupada, colocando una de sus manos sobre el hombro de SunHee quien sin poder decir nada todavía optó por asentir con su cabeza. — ¿Vamos por un café y me cuentas que tal todo con SeungYoun? Creo que ingresar a clases no va a servir de nada si no vas a prestar atención. — YooMin soltó una suave risa al decir aquello, sabía que su amiga no escuchaba al profesor siempre que tenía algo en su cabeza.

Una sonrisa apareció en el rostro de la más baja y encontró porfin su voz para responderle.

— Vamos, necesito relajarme antes de que mi cabeza explote. — Sacó su celular para poder enviar un mensaje a los demás, lo más seguro es que se preocuparían si no la veían en alguna de las clases que quedaban.

Era una fortuna que cerca de la universidad se podía encontrar una gran variedad de locales, ingresaron a una de las cafeterías más cercanas y en cuanto pidieron YooMin atacó en preguntas.

— ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Estaba enojado? ¿Te dijo algo malo? Dime y yo misma le voy a dar una paliza. — Era gracioso como alguien que con suerte le ganaba en cuatro centímetros quería darle una paliza a alguien tan alto como SeungYoun.

— Fue todo muy confuso. Pero creo que no estaba enojado, se veía triste. — Frunció el ceño al recordar su rostro con esa extraña expresión en el. — Él me pidió que no volviera a huir. Dijo que no ha tirado mis notas. También dijo que me lo demostraría y que haría que no logrará estar sin él, no lo entiendo bien ¿Qué es lo que piensa demostrarme? —

El chillido de emoción de YooMin no tardó en escucharse por toda la cafetería, rápidamente tomó las manos de la más baja entre las suyas y la observó directo a los ojos antes de hablar.

— ¿No es obvio? ¡Le gustas! — SunHee le observó como si estuviera totalmente loca, era imposible para ella pensar que podría gustarle a SeungYoun. — No me mires así. Durante estos dos años no se ha quitado el collar que le dejaste e incluso jamás lo he visto con una chica. Es obvio que le atraes. —

— ¿Estás loca? ¡Claro que no! Estamos hablando de Cho SeungYoun. Guapo, alto y con buena personalidad. Es imposible que yo le guste. — Con rapidez sacó sus manos de las de su amiga y se cruzó de brazos, totalmente convencida de sus propias palabras.

— Creo que ya entiendo qué es lo que quería decir con demostrarlo, porque sin duda no le vas a creer si te lo dice. — Comentó YooMin antes de sonreír recibiendo ambos cafés que habían pedido y dejando a su amiga confundida.

Rainbow - Cho SeungYounDonde viven las historias. Descúbrelo ahora