La Amabilidad de tus Labios

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Hola , perdon le dije que actualizaria ayer , pero no pude por la escuela ,pero  bueno adelante , no olviden votar y dejar un comentario acerca de que les parecio, recuerden que  asi me motivan a subir mas capitulos :D

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Narra Luhan !

Una nube. Una nube espesa y negra: Ahí dentro me encontraba, flotando sin dirección. Miré hacia un lado: Oscuridad. Hacia el ótro: Negrura. Mi pecho se oprimió y junto a esta sensación, de forma súbita, noté mi cuerpo caer, caer a una velocidad aterrorizante. Sentía mi estómago revolverse y los gritos salir por mi boca, llenando el vacío de aquel lugar. 

Pero nadie me escuchaba; nadie me escuchó.

Mis gritos se mezclaban con el llanto, rasgando la oscuridad de la silenciosa paz en aquella nada, mientras seguía cayendo. 

Hasta que me cansé de gritar, de gastar mi voz en vano. 

Cerré los ojos y sentí las lágrimas descender lentamente. Intentaba que el temor no me inundase, adaptándome a la idea de permanecer toda mi vida precipitándome en lo desconocido. Y lo conseguí. Y me acostumbré. Y las lágrimas secaron sobre mis mejillas.

Sin embargo algo me detuvo.

Una mano, éso fue lo que me detuvo. Una mano agarró la mía fuerte, muy fuertemente. Abrí los ojos y descubrí que la oscuridad se había tornado luz. Una luz cegadora y cálida, una luz que envolvía, que me llenaba de esperanzas.

Hasta que esa luz... también empezó a caer.

Mis párpados se abrieron súbitamente. Mi corazón se había agitado y sentía mis pulmones trabajar a su máxima velocidad.

- ¿Estás bien? - escuché un cercano susurro. 

¿Eh? ¿Esa voz era...? Volteé el rostro y pegué un respingo al ver a Sehun de costado, tumbado detrás de mí con su brazo descansando sobre mi cintura.

- Se...Sehun, ¿Qué haces aquí? - me incorporé rápidamente, contestándole con el mismo tono bajo, para no despertar a nadie.

- ¿Cómo que qué hago aquí? - se sentó también, con calma, bostezando. - No sé si lo has notado pero ésta es mi cama. - rió, restregándose los ojos.

Miré a los lados con rapidez, comprobando que era cierto.  

Entonces me acordé: Ayer... Ayer vine a entregarle ese manga que se dejó en mi cuarto y me tumbé... las sábanas olían a él.

Balanceé la cabeza, intentando calmar el rubor que subía a mis mejillas.

- ¿Por qué no me despertaste? - agaché levemente el rostro. 

- Soñabas tan plácidamente que preferí no hacerlo.

Alcé la mirada hacia él. Y noté cómo una de sus manos se posaba sobre mi rostro.

Por Protegerte -ADP Hunhan EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora