Children

II

El azabache salió de la habitación, caminando hacia el comedor donde se encontraban sus hermanos. Soltaba un suspiro algo cansado.

-Les dije que se comportarán- Miro como el rubio y el castaño peleaban por un pedazo de queso.
-Fue su culpa, no quiere darme- Exclamo el rubio.
-Por que es de Azusa, toma- coloca el pedazo de queso en el plato de Azusa.

Al acabar, Ruki de nuevo se dirigía al cuarto de la femenina, al entrar aun seguía dormida.

El azabache se sentó a su lado, comenzando a leer, no quería aceptar que estaba ahí por qué quería cuidarla.

Aiko abrió los ojos sentándose en la cama, una voz familiar la asustó.

-Despertaste- sin mirarla cerró su libro.
-Lo siento- dijo tocando su cabeza.
-Como sea, en el sofá de la esquina está tu uniforme, cámbiate- salió de la habitación aun sin mirarla.

Ruki sabía algo que ella no, esa persona le había mencionado lo del plan Adán y Eva, pero ¿por qué ella?, esa y mil preguntas más se hacía.

Por otro lado Aiko terminó de cambiarse y arreglarse, subió a la limusina junto a los hermanos, al llegar, las chicas del colegio iban con Kou para hacerle elogios y demás. Haciéndole imposible a Aiko poder pasar.

Una mano la jalo de ahí, apareciendo en la azotea, un poco mareada se recargó en el pilar de la pared, observando a aquella figura que la había llevado al lugar.

-Ya a comenzado Eva- aquella silueta sonrió para después desaparecer sin dejar rastro.
-¿Eva?- se reincorporaba buscando quien era aquella persona.

Alguien más entro a la azotea, la femenina volteo y era Ruki, al parecer el no se había percatado de que ella se encontraba ahí.

-Aiko, si en verdad eres Eva yo seré tu Adan-

La contraria se había sonrojado un poco, no era correcto espiar a la gente, pero no tenía otra opción.

-No está bien escuchar a escondidas- mencionó abriendo su libro.
-ahhh lo siento mucho, no quería- bajo la cabeza, abriendo la puerta.
-Oye ganado, no malinterpretes lo que dije- la miro de reojo con el ceño fruncido.

Sin decir una apalabra salió de la azotea corriendo hacia su clase, pero sin dejar de pensar en lo que había escuchado.