Carnaval.

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Santa luce como si hubiera estado tomando algo más que ponche, pensé mientras caminaba entre la mezcla de personas esperando en la línea para tomarse una foto con el viejo Nicolás. Justo ahora, un traguito o dos de algo fuerte me sonaba bien a mí también.

Dylan apretó su brazo a mí alrededor. Todavía me sentía muy mal por no alejarlo, pero no lo hice. En vez de eso, me incliné hacia él y le sonreí. ¿No éramos nosotros la imagen perfecta de una pareja feliz?

—Eres tan hermoso.— susurró Dylan, acariciando mi mejilla. Su boca se deslizó hasta cubrir la mía.

En mi trabajo, era un procedimiento operativo normal besar a objetivos no-muertos. Hey, cuando juegas al chico caliente tratando de estar a solas con el tipo, eso es de esperarse. Pero Dylan no era un objetivo o un extraño, o alguien que terminaría muerto al final de la noche.

A menos, por supuesto, que Joel perdiera los estribos y lo matara antes de que esta farsa hubiera acabado.

La boca de Dylan era fría sobre la mía, pero se calentaba con el contacto de mi carne. Él no era malo besando, tampoco, no pude evitar notarlo, a pesar de que había mantenido las cosas respetables al no deslizar ninguna lengua. Traté de no detenerme en el hecho de que estaba besando a mi amigo. Intenté tratar esto como cualquier otro de mis trabajos, pero estaba fallando.

Lo alejé, un poco demasiado abruptamente de lo que mi actuación como su cita habría justificado.

—Um... quiero algo de algodón de azúca.— dije bruscamente.

Dylan bajó la cabeza para susurrar cerca de mi oído. —Gallina.

Él tenía razón. Si este era solo otro trabajo, no habría pensado dos veces en fingir un poco de pasión, dándole un beso francés a sus colmillos, o inclusive agarrando su trasero para hacer parecer las cosas más auténticas. Pero este era Dylan, así que la objetividad normal se había ido. A parte de mi propia falta de desprendimiento personal, seguía esperando que Joel saltara de una esquina y le arrancara la cabeza a Dylan.

Seah, Vlad tenía un punto. Nadie pensaría que Joel toleraría que yo anduviera por un carnaval besándome con el hombre que odiaba.

Sobre nosotros, los niños gritaban de deleite mientras el paseo del Sombrerero Loco los giraba incluso más rápido. La atracción del parque a nuestra izquierda tenía chillidos similares viniendo de él. Añade eso a las otras atracciones, las incontables conversaciones de la gente, canciones navideñas a todo volumen, el rechinar del metal de las máquinas, y había un continuo caos de sonido a nuestro alrededor.

En algún lugar en el medio de este carnaval, según Vlad, estaba Anthony, uno de los secuaces de Patra. Anthony tenía un gusto especial por los carnavales navideños. Lo suficiente como para no tener el buen sentido de mantenerse alejado de ellas durante una guerra. Entonces otra vez, todo el mundo pensaba que sería alguien más el atrapado, vendido, seguido o asesinado. Yo mismo era culpable de eso. No había imaginado que Max estaría esperando por mí en la casa de mi madre. Así que, ¿Quién era yo para lanzarle la primera piedra a Anthony por asumir que nadie sabría que carnaval escogió visitar esta noche?

Demonios, quizás Anthony no aparecería, y esto era solo la idea graciosa de Vlad de jugarle una broma a Joel. Decir que a Joel no le había gustado la idea de mí haciendo de novio de Dylan era suavizarlo. Joel había murmurado una serie de maldiciones que levantaron inclusive mis cejas, luego dijo algo así como "Parece que la navidad llegó temprano para ti, cabron" a Dylan cuando finalmente estuvo de acuerdo en que era el engaño perfecto.

Por supuesto, las intenciones de Vlad esta noche podrían ser más siniestras también.

Mencheres no parecía pensar que Vlad nos tendería una trampa. Joel tampoco o yo no estaría aquí, pero habría que tener cuidado de confiar en un vampiro que abiertamente no le agradaba Joel.

At Grave's End [joerick]  -adaptación-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora