Capitulo 4: El Exterior de la Locura

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Lugar: Oficina de la secretaria de defensa

Un militar tocaba la puerta, era el jefe del estado mayor presidencial de la presidenta Anju Yuuki

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Un militar tocaba la puerta, era el jefe del estado mayor presidencial de la presidenta Anju Yuuki

— Puede pasar — respondía la secretaria Amy Chono acomodando unos papeles en su escritorio

— Señora secretaria — Su voz era algo melancólica, ya que tenia que estar así para darle la cruda noticia 

— Digame ¿ocurre algo?

Aquel chico con uniforme de militar juntaba sus manos delante de el y entonces 

— Su amiga, Kaori Murakami... murió esta mañana, victima de la maldición del fenix 

Amy se sorprendió tanto que sus ojos se abrieron como dos platos, se levantaba algo exaltada después de escuchar eso 

— ¡¿Que dices?! no, ella no puede morir, por favor dime que es una broma

— Soy un militar general, yo nunca bromaría con algo así 

Amy tenia el rostro pálido, su rostro denotaba el dolor de aquella noticia, por muchos años Amy fue compañera de Kaori en la academia militar, ambas  se esforzaron juntas para alcanzar sus sueños en la academia, Amy estaba ahí cuando Kaori recibió la espada de oro de parte de la presidenta Anju Yuuki, aun recuerda como la abrazo con fuerza ese día, al final ambas habían logrado alcanzar su sueño, su amiga se habría casado y tendría un hermoso bebe al año siguiente, y ella seria la secretaria de defensa de todo el país, todos esos hermosos recuerdos se quebraban en ese instante

— No, ella no... ¡Kaori! 

Finalmente la secretaria rompió en llano abrazándose así misma, nunca había llorado de esa manera, el soldado que le había dado la noticia solo la observaba, Amy se levanto de golpe y se dirigió a la puerta aun derramando lagrimas pasando de lado del jefe del estado mayor

Amy: — Debo ir a verla, su hijo debe de...

— ¡No puede!

La detuvo justo cuando iba a colocar su mano en la perilla de la puerta, el soldado que estaba con ella en la habitación volteo a verla ahora con un rostro que reflejaba disciplina 

— La presidenta ha dado instrucciones a todos los funcionarios del gobierno y secretarias de no salir a las calles, ni a ningún lugar que no sean los edificios protegidos por la secretaria de defensa y de salud

Amy: — Ella no puede obligarme a estar encerrada en este edificio — Mencionaba con una voz invadida por la ira

— Si puede, desobedecerla general, significaría estar en contra del país 

— ¡Eso es una estupidez!

— Quizá, pero ella así lo piensa

La secretaria estaba a punto de desobedecer las ordenes de la presidenta, pero algo la hizo reflexionar alejándose tranquilamente de la puerta y sentándose de nuevo frente a su escritorio 

La Maldición del FenixWhere stories live. Discover now