Hornito

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Aquél argento estaba quejándose, como siempre, de la horrible noche que había pasado por causa del frio invierno que los azotaba.

—Bolsa de agua, colcha de tigre y térmica, estufa prendida y nada! —enumero mientras un aburrido ya de los quejidos Chile lo escuchaba tomando su te con lentitud—. Que suerte que el uru es un hornito, si no me volvía cubito de hielo boludo.

El chileno lo vio extrañado y con una sonrisa, cosa que hizo que el tincho le preguntara con algo de enfado un "que pelotudo?" Al pensar que se burlaba de su desgracia con el frio.

—¿No que el cabro chico y tu dormían en diferentes cuartos po weon?.

La cara del argento se coloro de carmesí haciendo estallar al otro en risas; se había descubierto solito.

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