Aunque no me puedas ver

Emociones a flor de piel

La tarde está hermosa, y estamos con Bruno y sus amigo Dilan en la plaza de su pueblo, entre risas y anécdotas de ellos, veo como Dilan cuida a Bruno de una manera inexplicable.

-Ven Mara, guía a Bruno hasta su casa, así aprendes-
Rápidamente Bruno hace un media sonrisa y su mano se posa en mi hombro.
-serás mis ojos- suelta casi susurrando en mi oído.
Aunque no se me hace tan difícil guiarlo, siento un poco de miedo, pero todo marcha bien.

Ya es demasiado tarde, así que decido volver a mi hogar, mis padres me esperan con la cena lista, y garras en mi cama, para dormir abrazados.

Al llegar, me pongo ropa cómoda, y mientras le cuento a mi madre lo lindo que la pasé y de las agradables personas que conocí, un grito de mi padre me hace saltar de la silla.
-No quiero que te enamores de ese ciego!! te arruinarías la vida por completo-

Mi cara al escuchar eso se transforma, ¿Como puede haber persona tan cerrada en el mundo? No me enamoraría de Bruno, pero si llegara a pasar, pues no tendría nada de malo.
-Vos no vas a decidir de quien debo enamorarme papá!!, Tengo 19 años, ya no soy una niña-
Mi madre me mira con compasión y larga una frase, que a decir verdad, aterra a cualquiera.
-Mara, tenemos que hablar, vamos a fuera, mientras te fumas un cigarro-.
Siempre que me dice así, es para poder darle unas pitadas a mi cigarrillo, ya que mi padre no la deja fumar a causa de un ACV que tuvo unos años atrás.

-Mara, no te alarmes, pero mañana no puedes ir al cementerio, me habló tu abuela diciéndome que tu tío estará todo el día pintando la tumba de tu abuelo-.
Es inexplicable la sensación que siento en en eso momento, pues años de terapia no han sido suficiente para poder superar ese horrible día en el que mí tío abusó de mí. A decir verdad, mi vida se ha arruinado por completo desde aquella vez.

-El lo mató mamá, mi abuelo ya no está por su culpa-
Al terminar la oración, no puedo evitar llorar, acordarme de todo me hace demasiado mal.
-tranquila hija, serás muy felíz, te lo prometo- y como si fuera magia, mamá me dá un cálido abrazo, de esos que te llegan hasta el alma y te despojan de todos tus miedos.

Ya cansada, voy a dormir con garras, fué un día demasiado largo para mí.