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La primera vez que puse verdadera atención a Park Jimin pensé que era un niño muy feo y llorón, ambos habíamos sido vecinos desde que nacimos, a veces cruzabamos miradas y saludos cordiales que mi mamá y sus abuelos nos obligaban a darnos, pero fu...

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La primera vez que puse verdadera atención a Park Jimin pensé que era un niño muy feo y llorón, ambos habíamos sido vecinos desde que nacimos, a veces cruzabamos miradas y saludos cordiales que mi mamá y sus abuelos nos obligaban a darnos, pero fue a la edad de seis años cuando en verdad me detuve a mirarlo.

Era otoño, mientras las hojas se despedían de los árboles y el viento helaba mis mejillas descubrí a Jimin llorando en silencio fuera de su casa mientras observaba un auto marcharse, un poco dudoso me acerque a el, cuando se percató de mi presencia, se mostró avergonzado, limpiando su rostro con rapidez y sorbiendo por su pequeña y enrojecida nariz.

Ninguno dijo nada por unos minutos, hasta que encontré el valor para preguntar que ocurría, Jimin me contó entonces que su mamá no pasaría navidad con el, sino con sus nuevos hijos y aunque en aquel tiempo no comprendí a que se refería con eso, lo unico que pude hacer fue abrazarlo, sorprendiendolo y sorprendiendome incluso a mi mismo por mi reacción.

Aún si era un mocoso torpe de seis años, una parte de mi detesto verlo llorar, lo invité a pasar navidad con mi familia y luego corrí a casa contandole a mi mamá que tenía un nuevo amigo y lo había invitado con nosotros, ella estuvo feliz con la idea y luego de compartir esa noche con Jimin y sus abuelos, el y yo nos volvimos inseparables.

Soliamos jugar juntos y dormir en la casa del otro luego de un día juntos haciendo travesuras, en aquel entonces me gustaba mucho estar con Jimin, me gustaba verlo aún si el no hacía nada en especial, ansiaba que me sonriera a cada instante porque me parecía bonito, en esos años no entendí que en realidad estaba enamorandome de el, porque era un niño e inocentemente pensaba que el hecho de que mi corazón latiera cada vez que mi mejor amigo solía decir mi nombre al tiempo que sonreía era algo que le pasaba a todos.

Cuando Taehyung se unió a nosotros al inicio estaba celoso de no ser el unico que obtuviera la atención de Jimin, por lo cual "seriamente" cuando yo tenía ocho, decidí contarselo a Tae, quien sonrio y dijo que no planeaba interponerse entre nosotros, aquello me confundió mucho pero al compartir ese "secreto" con Taehyung comencé a llevarme mejor con el.

Entonces comencé a crecer y junto a mi, aquello que guardaba en mi corazón tambien lo hizo, enfrenté una dura etapa de no saber si estaba bien o mal, mi padre solía decir que los chicos no podían enamorarse de otros cada que veía algo del tema en televisión, el decía que era desagradable, entonces yo me sentía mal, pero tambien pensaba, ¿por qué el hecho de que quiera tomar la mano de Jimin es desagradable?, ambos éramos como cualquier otra persona, no entendía que estaba mal en ello.

Hablé con mi madre al respecto, ella sonrió y con su dulce voz me dijo que no había nada malo en que me gustara un hombre, me sentí mas tranquilo con aquella información, sabiendo que al menos mi madre me apoyaba y armandome de valor, le pedí ayuda a Taehyung, el se mostró emocionado aceptando de inmediato.

Cuando me declaré a Jimin me encontraba nervioso, Taehyung me aconsejo que debía mostrarme fuerte y rudo luego de que ambos vieramos y leyeramos muchas novelas en internet, por lo que decidí obedecer, no puedo recordar un momento mas vergonzoso que ese, cuando Jimin se rió de mi preguntandome que que diablos hacía, digamos que mi actuación fue terrible, tanto que terrible se queda corto.

ɢʜᴏꜱᴛ ᴏꜰ ʏᴏᴜ (ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora