Preparativos

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Habían decidido una fecha cerca de las navidades, el 10 de Diciembre les había parecido una fecha perfecta, no era ni muy cerca de Navidad ni muy lejos de ella.

- Hoy vemos los lugares donde podemos hacer la boda, ¿Qué te parece? - Preguntó Samuel mientras me daba un beso y se sentaba al lado mío, agarrando mi taza de café y tomando como si fuera suya

- ¡Ey! Mi café - Dije haciendo un puchero - Me debes un café.

- Bueno, bueno, chiqui. Luego te daré algo mejor que eso. - Dijo levantando y bajando sus cejas.

- No lo quiero hasta que estemos casados, Samu, no seas un pervertido, normalmente es al revés.

- Joe' que le sacas toda la diversión, Chiqui. - Dijo levantándose del sillón - Vamos a ver esos lugares y a dar un paseo o qué. - Dijo extendiéndole la mano a su prometido

- Ala vamos antes de que me den ganas de quedarme con Coringa y Juan Carlos. - Dijo agarrando la mano de su pareja para salir de la residencia y recorrer Karmaland en busca de un lugar para su boda.

- Vayamos a la Iglesia primero - Dijo Rubius algo entusiasmado por ver el pueblo.

- Vale, vamos. - Empezaron a caminar agarrase de la mano charlando de algunos detalles de la boda como "¿De qué color serán las mesas?" o "¿Quien hará la comida?" y otros detalles como esos hasta que llegó la pregunta...

- ¿Tendremos hijos? - Preguntó Rubius parándose en  la puerta de la iglesia.

- Sí, ¿Cuantos quieres? Yo quiero siete, por Vegetta777. - Rubius lo miró con los ojos bien abiertos.

- Yo quiero tres ¿Quién los tendrá? - Preguntó con curiosidad - podríamos preguntarle a alguna aldeana si puede ayuda-

- Los tendrás tú - Dijo Samuel sonriendo maliciosamente - Yo no quiero que una cualquiera tenga nuestro bebé. Quiero que tú los tengas. Sabes bien que el parir aquí no duele, los dioses lo sacarían en el momento adecuado.

- Vale, pero si algo sale mal y debo parirlo, date por muerto Samuel De Luque.- Dijo Rubius ferozmente, - entremos- entraron a ver la Iglesia para hacer toda la típica cosa de " ay si eso me gusta eso lo cambio" solamente que les pareció perfecta a ambos.

- Haremos la ceremonia tradicional aquí y luego vemos donde hacemos la fiesta. - Dijo Samuel tranquilo, para caminar hacia la entrada y Seguir recorriendo el pueblo, -¿ El Casino? - Rubius Negó, "no tiene sentido" Dijo mirando hacia otro lado, horas Después, ya habían recorrido todo el pueblo, y tenían que chequear la casa de Rubius, mejor dicho sus tierras.

- ¿Y si lo hacemos por aquí? - Dijo entusiasmado, - ¿Te gusta? O sino podemos hacerlo en frente de mi casa, y agrandar un poco más el bosque para que quede más lindo.

- ¡¡Se me ocurrió algo!! - Dijo Samuel agarrando la mano de su prometido para comenzar a correr por las tierras Karmalanienses, dirigiéndose a terreno que quedaba detrás de la casa de Willy

-Es hermoso, podríamos poner algunas cosas electrónicas y más así no es tan aburrida la ceremonia, y encima este laguito, es hermoso todo. Va a ser hermoso- Dijo Rubius imaginandose el lugar en cuanto estuviese terminado todo.

- Hora de poner manos a la obra, llamemos a todos para que ayuden. - Y así, el día siguiente empezaron con todo tipo de preparativos, flores, animales, mesas, sillas de color miel con detalles morados y viceversa.

Todo iba bien, hasta que empezaron a chequear el vestuario de la pareja, el de Samu era morado, tenía un abrigo de pelo también color morado que se usaba si hacia frío, tenía un sombrero morado con una pluma que sobresalía y zapatos negros. El vestuario de Rubius, no estaba, tanto tiempo que había gastado Alex se había tirado a la basura, el traje no apareció hasta el día antes de la boda, en la que todo el pueblo estaba invitado.

- ¡¿Y mi traje?! Dioses míos, por favor decidme donde está mi traje, se los pido, ¿sabeís dónde está? Lo necesito - Dijo Rubius sentado en la cama matrimonial que comparte con Samuel.

Alguien entró con su traje en mano, Rubius seguía gacha a punto de derramar lágrimas.

- Rubius, -Dijo esa persona mirando al nombrado, este al escuchar su nombre levantó la cabeza. - Encontré tu traje, estaba...

- Lolito, gracias, gracias, gracias! - Dijo Rubius, levantandose de la cama, para abrazarlo y agracldecerle un millón de veces. - Tendrás asiento adelante junto a Mahe. - Rubius vió como los ojos de Lolito se iluminaba al escuchar ese nombre - Estás realmente enamorado ¿no?Espero que la terapia con Auron te ayude, tío. Suerte. - Lolito dejó el traje sobre la cama para que Rubius se lo probase, saliendo luego de la habitación para no incomodar.

Rubius abrió la bolsa y abrió sus ojos en grande, al ver el traje de sus sueños.

RubeGetta WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora