Capítulo I

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La primavera comenzó hace una semana, pero las calles de Nueva York aún siguen congeladas, el frío se niega a morir y el nivel de la nieve es el mismo que hace un mes. Los niños corren hacia la parada de bus para ir a la escuela, con tristeza en sus rostros, ya que saben que el invierno terminó y es su última oportunidad para hacer una guerra de bolas de nieve, pero no pueden hacerlo, tienen un deber que cumplir, su educación y esta va por encima de la recreación.

Para nuestra sociedad, la responsabilidad, la eficiencia y el deber son los únicos factores del progreso y este hace que nuestras industrias crezcan. La industria es demasiado importante aquí en Columbia, ya que somos la potencia industrial y nuestras vidas giran alrededor de esta, literalmente.

Venimos al mundo con un propósito, para los columbienses es cumplir con su educación, después de eso, trabajar con todo nuestro empeño en el empleo que el estado nos asigna, con base en nuestro resultado del examen de aptitud. Este examen es como un coladero en nuestra sociedad, aquí no importa quién sea uno, rico o pobre, hombre o mujer, alto o bajo, lo que importa son nuestras respuestas.

El estado no da segundas oportunidades, la calificación que obtengamos, la tendremos para siempre, al igual que el empleo que se nos asigne, si nos llegan a despedir, seremos una carga para la sociedad. Al ser desempleado, uno y toda su familia quedan automáticamente condenados a dejar todas sus pertenencias, abandonar las ciudades y pasar el resto de sus vidas en el campo, con las labores agrarias.

He visto como familias han desaparecido de un día a otro debido al despido de alguno de sus miembros, pero hay casos peores, como el de mi amiga Lucy y su familia. Su padre fue despedido por malversación de fondos y el estado los castigó con la revocación de su nacionalidad, por lo que fueron deportados a la República de Indochina, que fue el único lugar que aceptó recibirlos. Lucy me relata en sus cartas que todos tienen trabajos pesados, trabajan desde las 5:00 am hasta las 5:00 pm en las plantaciones de arroz, dice que su padre está condenado a trabajar ahí toda su vida, pero que los demás podrán dejar de hacerlo dentro de cinco años.

Se supone que los resultados del examen de aptitud estarán disponibles hoy a partir del mediodía, en la sede de gobierno de cada estado, en mi caso al vivir en el estado más poblado de Columbia, será demasiado tedioso ir a un lugar repleto de jóvenes pedantes, ansiosos y melancólicos. Mi madre me recomendó que fuera solamente a recibir el sobre y luego viera mi resultado en casa, ya que el ambiente en ese lugar es tan pesado que podría resultar herido si llegara tener un buen resultado.

Estando a diez calles de la sede, me encuentro con la fila, pero no me formo y sigo caminando hacia la sede, mientras voy avanzado veo varias personas llorando, algunos en el suelo, todos con la carta de su resultado en mano.

Es muy común que se den varios suicidios en estas fechas, la gran mayoría por la calificación obtenida en el examen, el exnovio de mi hermana lo hizo, al descubrir que obtuvo un 356 de 1000, e iba a tener que trabajar como fontanero de un hospital, aunque cada empleo es honrado, este tenía muchas expectativas por parte de sus padres, que eran altos ejecutivos.

-Mis padres me van a echar de la casa-grita un chico golpeando un poste con una gran rabia- Y es toda mi culpa, soy una deshonra....

Eso fue lo último que dijo el chico antes de correr hacia un camión y ser arrollado por este, de inmediato, el caos se desata, escucho las sirenas acercarse, veo a varios lanzándose contra las vitrinas de las tiendas, las personas dejan la fila para correr hacia la sede, solo escucho gritos, vidrios romperse, autos chocando.

-William- escucho a alguien llamarme- William corre hacia la sede, ahí estarás seguro.

Empiezo a correr sin dudar, pero cada vez que me acerco a la sede, noto más caos, aullidos de dolor, la ansiedad empieza a apoderarse de mí, si se me dificultaba respirar por el frío, ahora más, mis piernas empiezan a fallar, empiezo a ver borroso.

OceanumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora