Capítulo IV

6 0 0
                                    


Después de incontables exámenes, los doctores me dieron de alta, se supone que debería de estar mejor, pero mi cuerpo está tan adolorido por todas inyecciones que me aplicaron, incluso me sacaron sangre en ambos brazos. Ahora tendré que tomar varios medicamentos por los siguientes meses, debido a que encontraron algo en mi sangre y si no se trataba, podía morir en cualquier momento.

-Creo que tendremos que aplazar las sesiones por unas semanas-me dice Miriam mientras analiza mis resultados en su tableta- No estás muy sano, podrías morir con tan solo una sesión.

-Entonces, ¿Qué haré por mientras?-le pregunto mientras intento entender lo que mis resultados indican.

-Pues, aún estás habilitado para la parte académica y tengo entendido que eso no es problema para ti- me responde y me enseña mi expediente académico- Si fueras un canberrano, estarías trabajando conmigo en el laboratorio.

-Desde niño recibí clases con grandes mentes de Columbia, desde filosofía a termodinámica, mis padres pensaban que era otra buena forma de mantenerme ocupado además de la fotografía-le respondo.

-Creo que exageraron mucho contigo, después de todo, solo presentas un asperger leve, tus habilidades sociales están bien, hubieras podido socializar sin mucha dificultad-me dice Miriam y quedo paralizado, la vuelvo a ver, las palabras no logran salir de mi boca, ¿Cómo pudo saberlo?, no creo que Luke se hubiera atrevido, es el único que lo sabe además de mi familia.

-¿Cómo sabes de eso?-logra salir de mi boca con dificultad, mis ojos se humedecen, cuando Luke me abandonó, prometió que iba a guardar todo, él dice que nunca rompe promesas, pero si rompió una al dejarme, que le hubiera impedido revelarle todo a estas personas.

-William, no tienes por qué avergonzarte, eso no te hace ni más ni menos...-me dice intentando poner su mano en mi mejilla, pero se la aparto.

-¿Quién le dijo de esto?-la interrumpo y mi respiración se empieza a alterar-Fue él, ¿verdad?

-¿A quién te refieres?-me pregunta- William tranquilízate, no te puedes alterar, es peligroso...

Salgo de la habitación con toda prisa, ella no tenía por qué saberlo, era algo privado, todos aquí lo deben de saber, corro por los pasillos del hospital, memoricé el trayecto al entrar, escucho a personas gritar mi nombre a lo lejos, pero no me detengo, mis lagrimas no paran de caer, pude soportar que me abandonara, pero que dijera algo que le confié con el corazón, algo que ni mis hermanas saben por completo.

-Willy- escucho su voz y me detengo, está a unos metros de mí bloqueando la salida por lo cual empiezo correr hacia él- ¿Qué sucede?.

-¿Cómo pudiste Luke?- le digo cuando él me atrapa entre sus brazos, impidiendo que salga del lugar, intento librarme, pero es demasiado fuerte, empiezo a llorar aún más fuerte y ahí pierdo el control total, mis piernas empiezan a fallar, se me dificulta respirar, lo último que hago es pegarme a su pecho, mientras él me alza al ver mi estado.

-Ayuda, le está dando un ataque-grita Luke mientras corre- Resiste Willy...

Despierto en una habitación, pero no es del hospital, parece que estoy en una casa, intento levantarme, pero el dolor en mi cuerpo me lo impide, veo a mi alrededor y noto que hay una mesa de noche, hay un portarretrato, lo tomo y quedo perplejo al ver que es una foto mía.

-La tomé una semana antes de irme de Columbia-dice Luke parado en la puerta- Ese día te llevé lo más lejos al oeste posible.

-Y el ejército nos atrapó en menos de dos horas-le respondo riendo al recordar ese momento-Mi padre estaba furioso contigo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 25, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

OceanumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora