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En la mansión del británico.

Todos estaban cenando tranquilamente, Malvinas y Tierra del Fuego hablaba animadamente lo que hicieron en el día mientras que las demás islas escuchaban atentamente.

Placentia estaba encerrada en sus pensamientos, comía pequeños bocados en silencio, o simplemente la movía con su tenedor... lo que había dicho aquel señor la dejó pensativa ¿Realmente había otra bandera? Mejor dicho ¿Tenía otra bandera? ¿Por qué se le hacía tan pero TAN familiar? Un suspiro se le escapó de sus labios llamando la atención de UK.

-¿Sucede algo Placentia? -preguntó el británico.

-Nada sólo que... -suspiró nuevamente- ¿Había otra bandera aparte de la mía?

-... ¿Por qué dices eso? -preguntó el británico.

-Porque... escuché que había otra bandera... una de color celeste y blanca con un sol en el centro

Las islas simplemente guardaron silencio, no tenía permitido hablar sobre eso, a pesar de que querían responderle a la joven. UK estaba serio pero no debía decirle... por lo menos aún no... suspiró y siguió comiendo.

-No, no había otra bandera -respondió mientras comió un bocado de su comida.

-Pero... si hay gente que habla de e- -fue interrumpida por el mayor.

-No había otra bandera y punto. -respondió ya un poco molesto.

-Si no había otra ¿Por qué la mencionan? -se levantó de su asiento- ¿Qué me estas ocultando?

-No te oculto nada, ahora siéntate y termina tu comida -respondió un poco molesto por aquella actitud.

-¿Entonces por qué no me respondes? -preguntó tratando de no levantar la voz.

-Porque no quiero responder

-¡¿Por qué no?!

-¡PORQUE NO Y PUNTO FINAL! -la miró evidentemente molesto- vete a tu habitación, ahora.

Placentia lo miró con impotencia y furia, sin más, salió del lugar dejando a todos en silencio. Cuando se escuchó el portazo, UK suspiró frustrado, dejó los cubiertos para cubrir su cara con sus manos, Estados se acercó a él para mover un poco el hombro contrario, su mirada era triste.

-¿Cuándo se lo diremos? -preguntó aquella isla.

-No lo sé... no me siento listo todavía... -respondió el británico.

-Que raro... -pensó confundida Tierra del Fuego.

-No quiero que tenga un accidente...

-Lo sabemos... nadie lo quiere -dijo Sandwich del Sur.

Placentia cerró con fuerza la puerta de su habitación y se dedicó a escribir todo lo que le pasó ese día, por la forma de escribir, se notaba que estaba molesta, apretaba demasiado la pluma y aunque parecería que iba a romper la hoja, no lo hacía.

-... -suspiró- ¿Qué es lo que me ocultan? ¿Por qué no me lo dicen?

Antes de cerrar el libro, leyó lo que escribió pero se detuvo a releer la frase "bandera celeste y blanca", otra vez le dolió la cabeza, suspiró para después acotarse e ir a dormir... mañana será otro día...

Otro día familiar

-463 palabras-

Tratando De Recordar El PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora