Amar a una "gótica" (Lucci x Golzy)

Capítulo VIII

—Los resultados han pronosticado que Rocksy Golzy fue abusada sexualmente y tenemos ADN de cuatro hombres, incluyendo a Donquixote Doflamingo.

Kaku me estaba informando del caso. No sabía que ese hombre tuviera un negocio de prostitutas y que Golzy estuviera trabajando para él. Lo peor de todo es que era que Smoker lo escuchaba también, era el jefe de la comisaria, al fin y al cabo.

—Bien, tenemos pruebas de que fue él —dije muy seguro de mí mismo.

—Para el carro, Lucci. —Escuché la voz del comisario—. Entiendo que estés preocupado, pero no podemos hacer nada. Tu amiga se metió en un mundo en donde las prostitutas no pueden hacer nada al respecto.

—¿Me está diciendo que no hará nada por ella?

—Yo por mí, sí. Pero si hacemos algo, ese tipo rico nos hundirá a todos.

¿Acaso todos le tienen miedo? Ese desgraciado se atrevió a hacerla daño. Golzy me estaba importando mucho como para dejar que ese tipo saliera con la suya. Kaku no dijo nada porque estaba de acuerdo ante esa situación. No iba a quedarme de brazos cruzados. Smoker me dirá que me aleje del caso y no lo hice, tengo que capturar a ese degenerado. Lo primero que hice, era ir al hospital para ver el estado de la morena. Aún estaba hospitalizada y no le podían dar el alta porque estaban analizando si había desgarre vaginal. ¡Mierda! Si fuera así, las heridas tardarán en sanarse por un buen periodo. Solo espero que no sea así. Debería haber justicia en ella.

Cálmate, Lucci. Sí tuviera una oportunidad de estar cerca de ese hombre, lo mataría con mis propias manos. Yo trabajaba para el Gobierno, fui entrenado para preguntar a base de golpes y demás. Apreté con fuerza el volante queriendo calmarme en todos los sentidos. Solo debía llegar al hospital y llegar a la habitación de Golzy. No tardé mucho en llegar allí. El olor a medicina inundaba mi nariz en todos mis sentidos. Espero que ella esté bien. Claro que lo estará, ella era fuerte no comparado con otras mujeres que he conocido a lo largo de mi vida. ¿Y por qué estaba pensando en esas cosas? No podía gustarme o sí. Era un hombre frío que ha tenido una vida llena de rencores y con deseo de venganza.

Llegué a la habitación y, como caballero que soy, toqué la puerta unas cuantas veces antes de atreverme a entrar. Ahí estaba, acostada en la cama con una sola bata y sin maquillaje alguno. ¿Qué queréis que os diga? Se veía bella de esa manera. No entendía por qué las mujeres se maquillaban, ya siendo hermosas de por sí. A lo mejor para sentirse segura, tampoco no lo sé. Golzy me dedicó una sonrisa al verme.

—Y pensaba que nunca te iba a volver.

—Tampoco quería eso. —Me acerqué para sentarme en una silla para estar a su lado—. ¿Cómo te encuentras?

—Aburrida. La comida de este sitio es horrible —confesó. La verdad es que era la verdad.

—Bueno, tranquila.

—Seguro que ya te dieron los resultados.

—No te lo voy a negar —dije—. Fuiste abusada sexualmente y tengo pruebas de Donquixote Doflamingo.

—¿Lo van a encerrar?

—Será difícil.

—Siempre los polis decís eso. —Ella se colocó, acomodando los cojines en su espalda—. No me vais a ayudar.

Ahí le daba la razón. La sociedad no era justo para muchos. La justicia no podía hacer nada con una prostituta porque siempre salía ganando del caso. Me daba pena de ello. Estaba tentado en tocar sus dedos y asegurarme de que estaba bien, tanto física como emocionalmente. Para mi gran sorpresa, Golzy acercó su mano para tomar la mía y apretar sus dedos fríos y pálidos. Realmente la deseaba, como me gustaría tenerla en mis brazos y tener sexo con ella; sin embargo, no iba abusar nada de la chica. Un suspiro escuché viniendo de Golzy que se relajaba en la cama. Me repetiré una y otra vez, era hermosa de por sí. Esa mujer que tenía delante de mis ojos me quitaba los suspiros, el aire que salía de mis pulmones.