Cap0: Recuerdos... Bañados en Carmesí

2.9K 141 19
                                    


Kou, una pacífica ciudad de Japón. Normalmente tranquila, con una linda proporción bien equilibrada de edificaciones humanas y árboles, y rodeada por varios bosques.

Sus calles, normalmente muy concurridas y llenas de gente, actualmente se encuentran vacías, pues es muy tarde en la noche.
Bueno, no se encuentran completamente vacías.

Caminando a paso lento, y casi arrastrando los pies, se puede ver a un joven de cabello castaño avanzando por la vereda de una calle, llevando a su lado su bicicleta.

El joven de cabello castaño se encontraba con sus brazos llenos de moratones, sus ropas estaban manchadas de tierra e incluso algunas manchas de sangre, y algunas partes estaban rotas, mostrando más moretones. También se puede ver que tiene un ojo morado, y hay rastros de sangre bajo sus labios, habiendo una venda sobre uno de éstos, el cuál, probablemente, se encuentra roto.
Se podía ver también que la mochila del joven se encontraba rota, aunque éste la abrazaba con su brazo libre, evitando que se escapen las cosas.

Este joven de cabello castaño, cuyo único ojo visible mostraba un color similar a la miel, es Hyoudou Issei, el autodeclarado Mayor Pervertido de Kuo.

Actualmente, Issei estaba volviendo de la academia, a pie, pese a que eran altas horas de la noche. Sin embargo, porque estaba volviendo tan tarde? Y como es que estaba en tan mal estado?
Bueno, como antes fue mencionado, Issei es un gran pervertido, y, haciendo honor a su título dado por él mismo, estaba espiando a las chicas del club de natación de su escuela después de que ellas terminasen su sesión de entrenamiento, sin embargo, fue descubierto por el club de kendo, y, tanto chicas como chicos de todos los clubes, llamados por los del primero, dieron a Issei una paliza.

Éstas palizas al castaño eran algo diario en el día a día de la academia, y a muchos les sorprendía que Issei siempre se las arreglase para salir sin ningún hueso roto, sin embargo, la de hoy fue mucho más fuerte de lo normal, lo que lo obligó a quedarse en la cama de la enfermería por varias horas, y se hubiese quedado hasta el día siguiente, sin embargo, logró escaparse, y tomar sus cosas para irse de la academia.

Volviendo al presente, el joven Issei dejó escapar un suspiro cansado, mientras que sacaba su celular, viendo su pantalla rota por unos segundos, antes de encenderlo. "Al menos funciona..." Con esas palabras, Issei entró a su lista de contactos e intentó por décima vez desde que salía de la academia, llamar a sus padres. Ya estaba empezando a preocuparse.

Al no recibir respuesta, Issei, de forma nerviosa, se detuvo frente a su casa, y guardó su celular. "No se que pasa, pero... Siento que no debería entrar..." El joven Issei dijo para sí mismo, mientras miraba fijamente la puerta de su casa.

Únicamente los separaban unos metros.

Issei dio un paso, y la imagen de su madre sonriendo con diversión al escuchar su absurdo sueño de ser el Rey del Harem vino a su mente.

Con otro paso, recordó cuando su padre dejaba su trabajo, para ayudarlo a entender los temas que él no podía entender por su cuenta, y como le decía que no se preocupase por las notas, que siempre lo querría tal y como era, y que siempre estaría orgulloso de él.

Un tercer paso trajo a su mente la preocupación de sus padres cuando lo veían volver siempre herido y hecho mierda de la escuela.

Un cuarto paso, lo trajo un poco más a la realidad, con pensamientos de que sólo eran paranoias suyas, y que sus padres estaban bien. Sólo que se fueron a dormir muy temprano.

Tras recobrar la compostura con esos pensamientos, Issei recorrió los pocos pasos que quedaban y cuando estaba a punto de posar una mano sobre el pomo de la puerta, sintió algo en su pie.
Bajando la mirada, pudo notar un pequeño charco de líquido rojo que salía lentamente de abajo de la puerta.

De forma histérica, Issei empujó la puerta, la cuál se abrió sin necesidad de llave, y, apenas entró, cayó de rodillas.

Cuando tocó el suelo, vino a su mente las palabras de su madre de esa mañana.
"No tardes hijo! Hoy tenemos una sorpresa para tí!"
Lágrimas asomaron los ojos de Issei.

El cadáver de su madre se encontraba tirado en el suelo frente a él, con la mirada perdida, y una apuñalada en la boca del estómago y otra en el cuello, aparte de decenas de cortes alrededor de su torso y brazo, de los cuales aún caían algunas gotas de sangre.
Su rostro reflejaba dolor, dolor y desesperación.

No muy lejos, pudo ver una mano asomando desde la entrada a la sala. La reconoció.

El recuerdo de su padre la noche anterior, recordándole que debería tomar clases de defensa personal para que esas palizas no fuesen tan graves. vino a su mente, mientras contemplaba la mano de su padre, quien probablemente estaba muerto, y de forma muy similar a su madre.

En menos de 10 segundos, el mundo de Issei se había destruido, y él, lo único que pudo hacer, fue sonreír de forma confundida, antes de caer inconsciente. Ésto sólo era una pesadilla, y despertaría pronto, cierto?


------------------------------------------------------------------------------------

Hooola a todos, soy yo.

Bueno, aquí tienen, el inicio de la reescritura de un fic del que, en su momento, me enorgullecí bastante.
Siendo honesto, nunca pensé en volver a escribir un fanfic, sin embargo, tras leer algunos comentarios en otro fic que me llamó la atención, digamos que me volvió la inspiración, y decidí darle un intento más, sobretodo debido a que por fin me encuentro en vacaciones, y podré escribir más seguido, o eso espero.

Bueno, sin más que decir, espero que hayan disfrutado de esta corta introducción, y, esperen el próximo capítulo con ansias. Ciao~

El Dragón de la Ceniza [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora