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──Chloé, no se qué hacer, nunca me había sentido así con nadie, nisiquiera con mi ex.──explicó el castaño a su mejor amiga, estaban sentados en el pasto del patio del colegio, el cual estaba totalmente vacío.

──¿Qué sientes exactamente?──preguntó la rubia, queriendo enterarse de todo.

──Pues... Él... No se, desde el primer beso me sentí bien... Los chocolates, las miradas que me da, me ha dejado cartas en el casillero diciendome lo hermoso que soy... Él...──soltó un suspiro, sonrojadose ligeramente.──Es increíble.

Una risa se escuchó de parte de la chica.──Estás enamorado.──dijo rápidamente, con una sonrisa.

──¿Qué?──preguntó el Fazbear, al no haberle entendido lo que dijo.

──Que estás en- ya viene!──exclamó la mayor, tirandose detrás de unos grandes arbustos.

Rafael giró su rostro encontrandose ahí al mexicano, que llegaba hacia él, con una sonrisa hermosa y una guitarra en su espalda.──Hey.──le dijo una vez había llegado, sentándose frente a él en el pasto, intentando no aplastar las flores que los rodeaban.──¿Cómo estás? Te ves más lindo de lo que ya eras antes, wow.

Un sonrojo se apoderó nuevamente del rostro del menor, este desvió la mirada tosiendo falsamente, sin querer contacto visual.──Por qué... mm... ¿Por qué traes una guitarra?──preguntó mirandolo al fin.

──Planeaba tocar una canción... ¿Te gustaría oirla?──sonreía el mexicano, quitando la guitarra de su estuche. Rafael asintió con emoción, sabía que el joven cantaba lindo, lo había escuchado en clase de música y en actos escolares, así que no se perdería esa oportunidad de oírlo.

Así el mayor comenzó a tocar, cantaba de una forma dulce, acariciaba sus oídos con cada palabra, era simplemente magnífico. Se miraban a los ojos con una sonrisa y brillos en sus orbes, azuladas y verdes respectivamente, era un momento tan majestuoso.

Unos momentos pasaron, hasta que el mayor terminó de tocar y cantar. Dejó la guitarra a un lado, el Fazbear aplaudió con una sonrisa unos segundos.──Cantas hermoso.──alagó el menor al mexicano, con un ligero sonrojo en sus mejillas.

──Tú eres hermoso.──respondió algo coqueto el mexicano, acercandose a él. Rafael soltó una risa nerviosa, desviando la mirada.──Para ti.──sacó esta vez seis bonobones que estaban dentro de una bolsa. Se la entregó aún con esta, el Fazbear sonrió dulce tomandola y dejandola aún lado.

Iba a decir algo, cuando el mexicano lo recostó en el suave y perfectamente cortado cesped, subiendose a él sin aplastarlo. Chip unió sus labios, siendo correspondido por el menor, quien cerró los ojos al igual que él.

El beso era dulce, pero poco a poco fue aumentando de ritmo, siendo ahora más profundo, sus lenguas se encontraban haciendo un ruido levemente obseno. A Rafael le costó en un inicio seguirlo, hacía mucho no besaba así.

El beso era dulce, se separaron luego de unos segundos para respirar, pero el mayor volvió a unirlos en un beso, esta vez más pícaro y fuerte. Acostó al Fazbear en el cesped posandose sobre él sin aplastarlo, para así seguir besandolo de esa forma. Rafael estaba confundido más no disgustado, seguía el beso con una extraña alegría y excitación.

Una vez se separaron del beso, el mexicano se apartó un poco para así presenciar al menor: con los cabellos revueltos, brazos sobre su cabeza y la respiración agitada; orbes cristalinas y mejillas sonrojadas. Sonrió, acercandose a su cuello dejando ahí unos besos, escuchando como el otro soltaba un jadeo caliente.──¿Te gustaría venir mañana a mi casa?──murmuró coqueto Chip, dandole una lamida a su oreja, provocando un escalofrío en el menor.

No hubo respuesta, el de orbes verdes se separó observándolo, Rafael estaba aún agitado y no sabía qué responder. Chip volvió a sonreír, soltando una ligera risa.──Disfruta los bonobones.──dicho eso, se levantó tomando su guitarra, para luego irse no sin antes guiñarle el ojo.

Rafael se sentó en el cesped tomando la bolsa con los bonobones, viendo que dentro había un papel con un número telefónico. Se quedó observando el papel, hasta que la rubia salió de detrás de los arbustos gritando.──Oh-Dios-MIO!──Exclamó emocionada, acercandose a él. Rafael guardó el papel asustado, viendo como la chica se sienta frente a él.──Lo vi todo.──rió ella, feliz de haber presenciado eso.──¿Qué te dijo? No logré escuchar lo que te dijo en el oído...

──P-pues... Me invitó a su casa...

La rubia puso cara coqueta y divertida a la vez, viendo el aún sonrojo del otro, era obvio el doble sentido.

──¿Y? ¿Vas a ir a su propuesta de sexo indirecto?

El Fazbear bajó la mirada a los bonobones y el papel en su mano, dudando aún así.

Un rato más tarde, Chip llegó a su departamento. Se tiró en el sofá de la sala de estar, no tenía tarea, estaba totalmente libre. Ya había pasado un rato de que llegó, estaba mirando la televisión, hasta que vibró su celular. Lo tomó pensando que sería Hayley, pero se llevó otra sorpresa.



























>> Número Desconocido. <<
¿Dónde queda tu casa?

𝗣𝗹𝘇 𝗱𝗲𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁, 𝐅𝐈𝐕𝐄 𝐊𝐈𝐒𝐒𝐄𝐒 ✧ Rockstar FreChip ❪✔❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora