Mis sentimientos en guerra [Naruto]

Cap 5

- ¡Naruto! -Trato de hacer que su mirada se dirija a mí, pero no lo consigo. No me mira, ni un solo segundo. - ¡Por favor, Naruto, Sasuke, parar! ¡No cometáis ninguna tontería!

¿Qué podía hacer para pararlos?

~°~°~°~

-Sakura, siento comunicarte esto pero... hoy te toca hacer la cena. -Ella, sobresaltada ante mi petición me mira horrrorizada. Cosa que me provoca la risa. -Hey, tranquila, si quemas la cocina mamá y papá no te harán mucho. A lo mejor te castigan sin más horas libres para que puedas acosar a tu amado Sasuke-kun.

- ¿A dónde narices te vas ahora?

La miro con una pequeña sonrisa y revuelvo su pelo con cariño. No sé exactamente si está celosa de que su hermana mayor haga más caso a otras personas antes que a ella o si está celosa de que Sasuke me haga más caso a mí que a ella.

-Voy a practicar con los chicos. Hoy les toca.

Suelta un bufido.

- ¿Cuándo vas a dejar de dar esas tontas clases? -Inquirió. -Kakashi-sensei me ha dicho que ahora tenemos menos misiones porque los chicos se la pasan entrenando todo el tiempo...

-Sakura. -La corto seria. -Deja de ser ya tan caprichosa. Entiendo que te guste un chico, ¿vale? Pero no puedes hacer que su mundo solamente gire a tu alrededor. Sasuke es un ninja con un gran futuro, Naruto igual, y no puedo dejar que tengan menos fuerza de la que pueden llegar a tener solamente para cumplir los caprichos de mi hermana pequeña, ¿lo entiendes? Tenéis seis días de la semana para hacer misiones, quitando el hecho de que todavía no tenéis la suficiente experiencia como para estar en misiones de alto rango. Sería peligroso. Deja a la gente hacer lo que desea, hermanita.

Ella se fue de allí sin echarme ni una sola mirada. Estaba claro, se había enfadado al oír aquello, pero era la realidad y ya tenía edad suficiente para poder ir aprendiendo de sus errores.

Salí de mi casa con un gran suspiro. Estos dos días antes de mi misión serían bastante complicados.

-Buenos días, chicos. -Saludó a ambos al llegar al campo de entrenamiento. - ¿Qué estáis haciendo?

-Estoy practicando la técnica que me enseñó Ero-sennin. -Me responde con una amplia sonrisa Naruto, quien tenía un pequeño rasengan en la mano.

-Bien, sigue así. -Me acerco a Sasuke, quien está demasiado concentrado en algo que desconozco como para siquiera moverse. -Hey, Uchiha, ¿hay alguien en casa?

No responde.

-Sasuke... -Me pongo delante suya. Comienzo a mover la mano para tratar de despetarlo de su trance pero tampoco funciona. -Oye, chico emo, sino me piensas responder prometo darte una buena bofetada.

- ¿¡Izu-chan?! -Pregunta alarmado Naruto ante mis palabras.

Le sonrío despreocupada.

-Tranquilo, solamente es una manera de despertar a alguien de un trance. Muchas veces funciona, otras no, pero te sirve para echar toda la mierda que lleves aguantando y tú te sientes bien después.

-Izu-chan... Cada día me das más miedo.

~°~°~°~

-Bien, bien, tranquilidad, muchachos. -Trato de calmar el ambiente al notar las miradas que aquellos dos comenzaban a echarse.

Todo había comenzado como una típica competición entre dos personas que tratan de superarse entre ellas y demostrar que son mejor que el otro pero poco a poco ambos habían comenzado a auto exigirse más chakra del que podían llegar a emplear con sus conocimientos. Sí, son fuertes, mucho, pero sus cuerpos aún no están preparados a la perfección para que empleen tanta acumulación de su chakra, podían llegar a morir.

- ¡He dicho que ya basta! -Grito comenzando a enfadarme al ver que no me hacen caso. -Muy bien, si no pensáis hacerme caso tendré que verme obligada a pararlo por mi parte. ¡Si no me hacéis caso alguno juro acabar con estas clases! Ayudo a hacerse fuertes a ninjas, no a niños inmaduros.

Nada, ni caso.

Podía llegar a insultarlos de cualquier forma que mis palabras no llegarían ni a acercarse a ellos.

-Oh, mierda... -Susurro al predecir lo que iba a ocurrir. A Naruto se le había acabado su chakra, al menos el suyo personal, y sabía lo que tenía que ocurrir a continuación: dejarse llevar por el fuerte chakra del Kyuubei encerrado dentro suya, chakra que aún no sabía controlar a la perfección.

- ¡Naruto!

Miro a Sasuke, preocupada por su estado de salud, pero este tampoco se queda atrás pues acababa de activar su sharingan, a su mismo tiempo un chidori era formado por el moreno y un rasengan por el rubio. << ¡Genial! >>

Ambos, antes de comenzar a luchar de una manera que no esperaba tener que ver nunca entre ellos dos se lanzan una mirada que no llego a analizar.

- ¡Naruto, vuelve en ti! -Pido otra vez entre gritos. No debía emplear la fuerza hasta el momento en que lo viese necesario. Aún no se atacaban, estaban preparándose para ello. - ¡Joder, Naruto, Sasuke, dejad de pelear como un par de críos de una puñetera vez y no tratéis de mataros! ¿¡Acaso os habéis vueltos locos?! -Sin volver a hacerme caso comienzan a correr hacia ellos. - ¡A la mierda!

Antes de que ninguno llegue a rozarse activo mi especialidad secreta y consigo que ambos ataques se dirijan a la flora que nos rodeaba en aquel momento. Ambos vuelven a sus estados normales y me miran sorprendidos. Enfadada, los contemplo seria.

-Muy bien, os habéis lucido. -Digo aún sin desactivar mi ninjutsu. -Pero gracias a esto os habéis quedado sin mis clases. Ahora tendréis que buscaros la vida de otra manera para practicar.

- ¡Izu-chan, no... ! -Lo corto.

- ¡Ni se os ocurra buscar alguna excusa! ¡Cualquier ninja que se aprecie no ataca a sus compañeros de equipo así como así! No sé qué mierda de rivalidad tendréis pero si hubieseis estado en una misión esto habría entorpecido a todo el equipo, ¡puede que hasta mi hermana hubiese muerto si hubiera alguna complicación y comencéis a pelear a muerte como el buen par de idiotas que sois! Eso no me gusta nada. -Cierro los ojos, me relajo un poco y contundente doy mis últimas palabras: -Ya os lo he dicho antes, no pienso ayudar a un par de críos, olvidaros de mis entrenamientos y de mí.

Me vuelvo a girar hacia ellos antes de largarme lo más rápido que puedo.

-Que os quede claro, como me entere de que mi hermana termina llorando por vuestras gilipolleces no saldréis vivos.