Marcus Tribery relata una historia posterior al día cero, el día que la humanidad casi deja de existir, este día no morimos si no que se nos dió una oportunidad, pero también llegó un mal con ella, ahora sabemos cosas impresionantes, conocemos todo...
Entonces ahora pasaremos a un plano alejado de las personas que conocemos y nos enfocaremos en lo que los emperadores estaban haciendo en ese momento.
Marcus Tribery los había convocado para saber cómo iba el trabajo de estos tres. La zona fantasma era el lugar más solitario del universo pues era un lugar prohibido, para llegar se tenía que pasar por un mar de restos de naves de soldados que pelearon con honor, estos soldados nunca supieron lo que pasaba, no sabían que los emperadores los habían enviado ahí a propósito para exterminarlos e imponer menos resistencia.
La nave Frejya se adentró en una roca varada en la zona fantasma, está masa rocosa era demasiado inmensa que hasta se le podría haber confundido con un planeta, en alguno de sus extremos había un túnel gigantesco por dónde entró Frejya, al seguir avanzando llegaron a un salón natural muy extenso, ahí es donde se encontraba el portal, este parece una esfera incandescente de energía girando en todas las direcciones, el emperador Elendil lo llamaba Sol. Cuando los emperadores bajaron de la nave el portal comenzó a tener interferencia y después de unos momentos una silueta se comenzó a notar, este era Marcus Tribery hijo de DenielTribery y Samantha Celcy.
-Señor, que bueno que a llegado. Dijeron los tres emperadores con voz nerviosa y entre cortada.
Marcus Tribery no respondió nada, solo siguió caminando y se sentó en una especie de trono tallado de la misma masa rocosa y, la luz proveniente del portal solo dejaba percibir su silueta a penas visible.
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-Seguimos limpiando los mundos como ordenó, en un estimado de dos años este universo estará listo para recibir a nuestra gente y podremos vivir como si nunca hubiese pasado nada.
Marcus aún seguía sin decir nada y los emperadores cada vez estaban más nerviosos.
-¿Señor? ¿No dirá nada al respecto?. Preguntó Erlen, el primer emperador.
-Ya tardaron demasiado. Respondió Marcus. Su voz se escuchaba encapsulada pues tenía puesta una máscara para cubrir su rostro y esconder las cicatrices. Estaba completamente cubierto por un traje de combate color negro que pertenecía a las fuerzas armadas de aquel lugar.
-Hacemos todo lo que podemos señor. Le dijo Elendil Rey.
-No. No están haciendo todo. Contestó Marcus con un tono amenazante y elevado. -¿Cuanto tiempo creen que nos queda? No nos quedan dos años, requiero que terminen su labor en menos tiempo o tendré que hacerlo yo, saben muy bien que si yo llego a realizar el trabajo que les mandé tendré que destruirlos por incompetentes.
Los emperadores se quedaron callados, ni siquiera supieron que responder.
