7. Marcam Rey.

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Liberar el universo, no sería una labor tan fácil. El universo estaba al control de seres que no pertenecían aquí. Mi padre antes de lo sucedido no era una persona valiente o con coraje, el decidió encerrarse en su pequeño mundo vendiendo refacciones, incluso hasta escondió su nombre por miedo, pero ahora, algo había cambiado en el. La verdad de las cosas había liberado en su interior a un héroe legendario, un hombre que no le tendría miedo a nada ni a nadie, alguien con el valor suficiente para realizar tal labor y sobretodo alguien soñador que tenía la esperanza de saber que había más allá del portal al que llaman la zona fantasma.

En el planeta Anzula la noche duraba un equivalente a tres días ya que la luz del sol  solo duraba el equivalente a medio día, por esta misma razón este era un lugar frío pero aún así lo suficientemente fértil para tener vegetación y una milésima parte del agua que tiene la tierra.

Mi padre y Samantha aún seguían platicando en aquel risco, desde ese lugar se podía ver la curvatura del planeta ya que este no era demasiado grande. Estuvieron un par de minutos observando el horizonte pero un destello a lo lejos llamó su atención.

   -¿Que fue eso?. Preguntó Samantha.

   -No lo sé. ¿deberíamos ir a ver? Hay que avisarle a los demás.

Los dos corrieron rápidamente a dónde se encontraba la cabaña, pero en el camino mi padre pasó a rozar con su brazo una Carpxaxia. La Carpxaxia es una planta altamente venenosa y con una gran defensa contra el que se atreva a tocarlas ya que tendrá alucinaciones mientras el veneno haga efecto.

Mi padre no se dió cuenta de esto al instante, así que siguió corriendo hasta llegar a la cabaña.

   -Creo que miramos algo. Dijo mi padre el cual a penas podía hablar por el esfuerzo.

   -¿Que fue lo que vieron?. Preguntó Ellendor.

   -Un destello en esa dirección, la verdad es que no alcanzamos a percibir bien pero es como si una nave hubiera llegado por medio de un salto. Respondió Samantha.

   -Vayan a ver qué es. Contestó Ellendor. -Tengan mucho cuidado, Alan irá con ustedes, toma, si es algo malo dispara esta bengala y si no hay ningún problema dispara esta.

Ellendor le dió a mi padre dos bengalas una roja y una verde.

   -Nosotros nos quedaremos aquí, si hay problemas iremos rápidamente en Arcadia por ustedes. Les dijo Ellendor.

   -¿Arcadia?. Preguntó Merél.

   -Si, la nave, es el nombre que le pusimos tu padre y yo. 

   -¡Vaya! ¡Me gusta!. Contestó Merél.

   -Entonces ya saben que hacer, estaremos al pendiente de ustedes desde aquí.

   -Está bien. Contestó mi padre. -Samantha tu también deberías quedarte aquí.

   -Claro que no, yo voy a ir, además estoy segura de que ya olvidaste en que dirección vimos el destello.

Mi padre tomó aire para contestar pero Samantha tenía razón.

   -Es cierto, vámonos. Contestó mi padre.

Los tres comenzaron a caminar en dirección a donde se había visto el destello. El bosque que tenían que atravesar era demasiado oscuro y tenía una sensación de muerte, no había mucho peligro en cuanto a bestias o animales ya que Alan y mi padre iban armados para ese tipo de situaciones. Mientras seguían avanzando mi padre se rascaba con más intensidad el brazo derecho.

Marcus Tribery. (Pausado Temporalmente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora