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De nuevo bostezo.
Su cuerpo se sentía cansado y algo débil pero lo ignoró, se encontraba en el vestidor de mujeres el instinto al que pertenecía. La U.A.
Se cambiaba el habitual uniforme por la ropa de gimnasia, que consistía en un buso azul con rayas blancas y un chándal azul con líneas blancas gruesas sobre la parte superior del cuerpo y las piernas, que forman las letras "U.A.". Debajo de ese conjunto llevaba una remera gris. Su cabello lo sujetó en una baja coleta y se observó en el espejo que había colocado con anterioridad en su casillero. Ojos gris claros con algunos puntos grises mas oscuros, similares a dos pequeñas lunas, cabello esta vez gris oscuro, pues la noche anterior se encontraba nublado opacando a la luna, piel pálida y a simple vista sensible. Notó a sus demás compañeras hablando y riendo entre ellas, escuchaba las características preguntas realizadas por una de ellas, Hado Nejire. Una hermosa muchacha de cabello celeste pálido largo hasta las cintura y ojos azules.
Era muy conocida entre todas las féminas y apreciada por todos.
Suspiró y se dirigió a la salida, como siempre con la vista baja, esta vez más al no poseer tanta energía. Casi al llegar a la puerta chocó con su curiosa compañera. Lo que ocasionó que cayera al suelo.
—¡Ahh, lo siento!. ¿Estas bien?. ¿No te he lastimado?. ¿Eres de nuestra clase? , nunca te había visto. ¡Ohh que bonito cabello!. ¿Es de color natural? —hablaba con rapidez y curiosidad, para luego intentar ayudarla pero ella ya se había levantado.
—Si.... lo estoy —susurró y sin observarla realizó una reverencia para salir del lugar.
Nejire quedó con las palabras en la boca, y la vió marcharse. No se sintió ofendida por haberla dejado hablando sola, conocía aquella faceta, pero en otra persona. Una tímida y nerviosa persona.
—Al parecer no eres el único, Amajiki-kun —y continuó vistiendose, con mas ganas de ir con sus amigos y comentarles sobre aquella misteriosa chica.
Claro, si es que no se le olvidaba, después de todo, era demasiado olvidadiza.
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