I - Tú

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Nunca pensé que tendría tantas ganas de ir al jodido instituto, pero es que me estoy muriendo por ir. Éste es el último año de instituto y el último con Hanna antes de ir a la universidad, a pesar de estar a solo 30 kilómetros de mi casa.

Éste año coincido con Hanna y con Damon en la misma clase y me alegra un montón. Hanna tiene la misma edad que yo y es todo lo contrario a mi persona. Le gusta mucho ir de fiesta y liarse con un montón de tíos. Yo soy más de esperar a la segunda o tercer cita para liarme con alguien. Damon es un fanático de los libros eróticos y de la música electrónica, cosa que comparte conmigo.

- Jay, - grita mi hermano Bryan - es hora de que te despiertes. Hanna me ha mandado un mensaje y dice que en media hora está aquí y que como estés en cama todavía va a patear tu culo.

- Vale - digo todavía adormilado.

Mi hermano Bryan es tres años mayor que yo y es todo lo contrario a mí, por el hecho de que soy adoptado. Hace unos quince años, mi madre me abandonó frente a la puerta de un convento. Los señores Peters, mis padres, me adoptaron por el simple hecho de que no podían tener hijos. Tanto Bryan como yo fuimos adoptados el mismo día. A pesar de todo, quiero a mi familia como nada en el mundo, especialmente a mi hermano. Me ha enseñado de todo, desde consejos para ligar como a afeitarme.

- Bryan, ¿has visto mi jersey con la foto de Lorde? - digo con una mueca de cansancio.

- Sí. - dijo lanzándola a mi cara.

Me voy a la ducha, y pongo la canción Dead Air de CHVRCHES, una de mis canciones favoritas. Entro en la ducha y dejo que el agua caliente caiga sobre mí. Sólo pienso en que gente estará en mi nueva clase, porque me preocupa que me toque una como la del año pasado, que sólo habia tíos llenos de testosterona y chicas que se preocupaban demasiado por si estaban gordas.

Cuando salgo, me seco y me pongo unos jeans claros, una camisa básica, mis All Star y mi jersey de Lorde. Desayuno, cojo mi móvil y salgo por la puerta.

Siento como mi hermano está tenso, porque hoy empieza en su nuevo trabajo como fotoperiodista. Se me olvidaba contar que tengo una especie de don. Sí, voy a llamarlo así. Siento como la gente se siente, es decir, si están contentos o tristes; enfadados o alegres; exitados o aburridos.

También siento como Hanna está entusiasmada por llegar a clase ya y ver si hay muchos tíos buenos. Es como si leyera el pensamiento de las personas, pero sin leer su mente, sólo notando su aura.

- ¡Rubio! - grita Hanna - ¡Qué ganas de verte ya, por Dios!

- Eres un poco exagerada, Hanna. - digo intentando despegarme de su abrazo. - Nos vimos hace apenas una semana.

- Ya sé que nos vimos hace poco, pero es que estoy muy emocionada.

- ¿Tanto? - pregunto frunciendo el ceño.

- Mucho. - dice con la voz grave - Este año está Damon en nuestra clase y ya sabes que siempre he sentido algo por él y el hecho de que repitiera curso es como si Dios me diera una segunda oportunidad.

- ¡Que religiosa se ha vuelto la chica! - ironicé - ¿Estás segura de que lo tuyo funcionaría con Damon?

- Hombre, pues no estoy muy segura de que él diga que sí, pero lo que siento es muy fuerte.

- Él nunca me ha hablado de ti en plan cariñoso, pero inténtalo dentro de un par de semanas.

- Vale. - dijo la chica sonriente. Se siente muy segura de sí misma y sé que lo va a intentar dentro de muy poco.

- Vamos yendo, anda. - dije con un tono pesado. Empezamos a caminar.

- Y, ¿hay alguien especial para Jay Peters? - pregunta con un tono socarrón.

FEEL ITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora