También las montañas lloran

Bolos/4

— Yo me encargo

Lo dijo de una manera tan decidida que me sorprendió y a la vez me emocionó entonces sonreí y toque su hombro.

— Gracias Edan

— No es nada yo te dije que iríamos y vamos a ir aparte ya no corría desde hace mucho tiempo

— Excusas

Pude ver cómo se avergonzó y me miró molesto entonces me eche a reír, en este momento ya había olvidado el sermón que me daría mi madre, el castigo que me pondría mi padre y también que hace unos instantes me habían robado.

"El es la mejor compañía que pude tener" - pensé mientras lo miraba

— Oh vamos cállate pulga

"¡Eh!!! ¿Pulga? ¿Cómo se atreve a decirme pulga?" - pensé molesto

— Oye eso fue muy ofensivo

— ¿Ahora ya no es gracioso cierto?

Y de la nada comenzó a reírse mientras yo estaba a su lado cruzado de brazos molesto, ¿Cómo se atreve a decirme pulga? Maldito Everest egocéntrico.

Llamo a mi madre y recibí el sermón que ya tenía esperado, Edan le dijo a mi madre que el personalmente me acompañaría a mi casa y fue un gesto amable, no sé porque me gustaba mucho su compañía.

Cómo debió esperarse fuimos a los bolos y al principio ni siquiera podía agarrar bien la bola hasta después de 8 intentos más logré mi objetivo: Chuza.

— ¡Si! Vistes eso ¡Wuuu!

— Si lo vi felicidades ya eres un experto

— Ya sabes lo que dicen "El alumno supera al maestro"