Capítulo 2: Gran Imaginación

439 53 10
                                    

Llegué a casa casi a la carrera por miedo a que me estuviera siguiendo. Entre por la puerta y vi a mi madre ya lista esperándome.

-¿Porque has tardado tanto? Liam me dijo que estabas emocionada por venir de compras conmigo -dice mientras me abraza.

Observo a Liam en la cima de la escalera encogerse de hombros y subir los tramos que faltan a toda prisa.

-Y lo estoy -digo cuando me separo de ella.- Dame un minuto para refrescarme un poco.

-Te espero -dice caminando hacia la cocina.

Subo rápidamente las escaleras hacia la habitación de Liam. Cuando estoy frente a su puerta e intento abrirla no puedo, está cerrada por dentro.

- ¡Lo siento Jay! -oigo que grita.

Desisto de discutirle y de intentar entrar aunque sea sólo hablar. Sigo mi camino al final del pasillo hacia mi habitación.

Busco la ropa para ponérmela, antes pasó al baño y me doy un aseo rápido, vuelvo al cuarto, me cambio y llega la parte difícil, mi pelo. Mi cabello es rebelde y me llega a la cintura. Me gusta largo pero mientras más largo más difícil se me es para controlarlo. Término rindiéndome con una cola de caballo toda alborotada, tomo mi bolso, mi móvil y salgo de la habitación.

De camino al centro comercial de la ciudad mi madre no paraba de hablar de lo orgulloso que estaría mi papá de mi sí me viera.

Papá murió hace 11 meses. Una de las razones por las cuales no quiero celebrar mi cumpleaños es que se acerca mucho a la fecha en que murió papá.

Estaba en la milicia, nunca pasaba más de un par de semanas con nosotros y sí meses lejos. Era sargento de las fuerzas especiales del país. Tenía constantes operaciones que podían durar meses, así que se dificultaba verlo. Mamá ha tomado la costumbre de repetirme lo orgulloso que estaría papá en días festivos, al recibir mis calificaciones o cuando le hago pensar en lo madura que me he vuelto. Y le agradezco, intenta mantener viva la imagen de nuestro padre, para no olvidarlo. El problema es que tratamos de recordar a alguien que realmente nunca estuvo.

Al llegar rápidamente empezamos a ver tiendas, mamá entra en todas y me escoge ropa que más sabe ella que están de moda que yo.

Nunca me ha interesado demasiado la ropa que uso o el pintarme las uñas y hablar de chicos, artistas y cosas así como a las otras chicas de mi escuela, por un tiempo fui la chica rara. Pero al poco tiempo aprendieron aceptarme justo como soy. No diría que soy popular pero por una extraña razón que ni yo comprendo le agrado a las personas.

-Jayla, escoge algo que te guste. ¿Qué te parece este vestido? -dice mamá mientras sostiene en alto un vestido azul claro corto con un cinturón blanco pequeño en la cintura.

-Está bello mamá -digo para salir del pasó. Y realmente estaba bonito pero hoy no estaba de ganas de compras. No dejaba de pensar en el extraño sujeto del parque. Igual mi madre sonríe complacida por mi respuesta y continúa mirando por el pasillo.

Sigo estando un tanto frustrada por no saber como continuar mi historia, me convenzo de que es mi imaginación trabajando hacia su punto mágico. Aún así necesito sentarme. Veo un banco justo fuera de la tienda. Le digo a mamá que necesito aire y salgo a sentarme mientras espero que termine.

Me lleva unos minutos darme cuenta de que hay un chico, con capucha negra sentado al otro extremo del banco y caer en la cuenta de que podría se el mismo del parque.

¡Mierda! ¿Me habrá seguido? ¿Me Quiere secuestrar? ¿O matarme? ¿O violarme?

Se encuentra mirando hacia abajo a nada en particular. Estoy a punto de salir corriendo hacia la tienda cuando veo que una bonita rubia alta, flaca y con caminar decidido se acerca al chico.

-Brad -exclama.

El chico sube la mirada y se quita la capucha, nota que lo observo y me mira fijo. Es bastante guapo, de cabello rubio corto y ojos verdes. Al momento llega la rubia y le da un beso en los labios más por querer demostrar algo que por el simple gesto de cariño.

-¿Nos vamos? - dice con voz chillona.

Se marchan por el pasillo no antes de que la rubia me lance una mirada asesina. Bajo la mirada pero vuelvo a subirla en el momento en el que este chico, Brad, me mira y me sonríe mientras es arrastrado por la rubia. No puedo evitar reír de vuelta sólo por todas las estupideces que estaba pensando de este chico. Luego desaparecen al final del largo corredor de tiendas.

Continuo riendo como boba cuando mi mamá sale de la tienda con varias bolsas.

- ¿Qué es tan gracioso? -pregunta.

-La facilidad con que la imaginación vuela -sonrío.

- ¿Qué tiene de gracioso?

Me quedó callada. Mi madre no entiende mi sentido del humor y la comprendo, de eso se encargaba papá.

-¿Encontraste lo que buscabas? -pregunto al rato.

-¡Sí! Y también encontré un hermoso vestido que podrías utilizar para la fiesta -dice dando aplausos y saltitos como sí fuera una niña de 5 años a la que se le compra un helado.

-Me alegro -digo sin mucho entusiasmo.

Mamá me mira, sabe que ya estoy cansada y aburrida y que quiero irme a casa.

- ¿Una tienda más? ¿Sí? -me ruega.

Me digo que todo esto acabara rápido, que sólo debo hacer un último esfuerzo para complacerla y luego de llegar a casa matar a mi hermano.

-Claro mamá -sonrío.

- ¡Perfecto! -sonríe.

Va hacia delante, justo doblando la esquina que doblo la pareja minutos antes. La sigo pero mientras lo hago tengo una extraña sensación de que no sólo me observan sino que también me siguen. Volteo rápidamente sólo para ver que no hay más nadie detrás de mi excepto dos chicas mirando por los escaparates a una gran tienda de distancia.

-Jay -llama mamá.

Me muevo más rápido, casi corriendo detrás de mamá.

La sensación de que me observan no se fue hasta que estuve en mi habitación 2 horas después, ya que mamá no se decidía por el vestido rosa de tirantes o el rojo con escote largo.

Pase el resto de la noche en mi habitación, estaba asustada, no sabía sí me estaba volviendo loca o sí de verdad alguien quería hacerme daño, como en las películas cuando estudian a la víctima antes de secuestrarla, matarla o violarla. Pero, ¿y sí sólo era una estupidez mía? Y de no ser así, no soy una completa idiota como esos personajes que crean en los libros o las películas. Definitivamente no me iré con un extraño, y no caminare sola por la calle, ni me quedaré tarde en la escuela terminando un proyecto. Sólo estoy siendo paranoica, estaré bien, sólo debo calmarme.

-¡Jay! -salto de la cama y tropiezo con la alfombra dirigiéndome de cara al suelo. Vaya calma.

-¡Jayla!

-¿Que demonios quieres Liam? -respondo enojada.

Lo veo asomarse por la puerta de mi habitación mostrando el teléfono como escudo entre los dos.

-Es Emily -sonríe.

___________________________

Nota: En multimedia está Liam.

Fatum (Destino) | [Pausada temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora