El Legendario Mecanico [Volumen 1]

Capítulo 20: Entrada ilegal

Stardragon, una de las Seis Naciones.  La mayoría de la población de Stardragon estaba compuesta por personas amarillas, y su símbolo nacional era un dragón celestial.

La mala sangre entre Stardragon y la Organización Germinal se remonta a la Batalla de Andrea, donde la Organización Germinal se había coludido con otros enemigos de Stardragon para lanzar asaltos a gran escala en sus ciudades durante el período crucial de la guerra.  Las bajas ascendieron a cientos de miles, y Stardragon se vio obligado a retirar todas sus fuerzas.  En aquel entonces, había debilitado severamente su estatus como una de las Seis Naciones.

Todas las ciudades de Stardragon estaban cercadas por grandes cercas eléctricas de alambre de púas, y la única forma de entrar a cualquier ciudad era a través de una puerta principal.

El tren de carga llegó a la estación de tren al aire libre conectada a la entrada de la ciudad.  El área era como una base militar: había bunkers y torres de vigilancia vigiladas por el ejército.  Las tropas estaban estacionadas en cada esquina.

Más de mil vagabundos llegaron a la plaza de la estación.  Comenzaron a hacer cola para la inspección.  Solo los que confirmaron no poseer armamento o portar enfermedades infecciosas pudieron ingresar.

Las Seis Naciones dieron la bienvenida a los vagabundos.  La guerra había causado una falta de mano de obra y talento.

Han Xiao necesitaba encontrar una manera de evadir la inspección.  La Organización Germinal le había ofrecido una recompensa por él, por lo que las cosas podrían salir mal si fuera reconocido.  Si bien su objetivo era ponerse en contacto con la División 13, no podía arriesgarse a estar expuesto antes de eso.

Afortunadamente, existía un camino.

De vuelta en el juego, los jugadores que eran buscados por un país simplemente tenían que pagar una tarifa a un NPC contrabandista para que se infiltraran.

Había un hombre muy discreto en una esquina de la estación.  No estaba haciendo cola para entrar, ni parecía estar esperando nada en particular.

Este hombre era el líder del negocio del contrabando, y normalmente, solo serviría a personas de confianza en su red.

De repente, notó que un hombre de aspecto frágil se le acercaba.  No era otro que Han Xiao.

"¿Es seguro?", Preguntó.

El cabecilla miró a Han Xiao.  Era una cara que no reconoció.

"¿Seguro?" El cabecilla se hizo el tonto.

"Pagaré con esto, ¿suficiente?"

Han Xiao arrojó su mochila al cabecilla.  Abrió la bolsa para mirar dentro.

Mierda!  ¡Tantas armas!  ¿De qué sindicato es este joven maestro el jefe?

Como las armas estaban prohibidas en la capital occidental, Han Xiao tuvo que deshacerse de ellas de una forma u otra.

"Suficiente, definitivamente suficiente".

"¿Dónde aprendiste sobre mi negocio?", Preguntó con curiosidad.

"Eso no es de tu interés."

El cabecilla no se ofendió con Han Xiao.  Sabía que había sido demasiado inquisitivo en su emoción.  Se levantó y le pidió a Han Xiao que lo siguiera.

Han Xiao fue conducido a una camioneta estacionada afuera de la estación.  Ya había unos pocos pasajeros a bordo, y cuando llegó, se convirtió en el centro de atención.  Han Xiao encontró un lugar y se sentó en silencio.