✵Parte uno.

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YoonJi jamás se había fijado en sus compañeros de la universidad, mucho menos en recordar los rostros de estos

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YoonJi jamás se había fijado en sus compañeros de la universidad, mucho menos en recordar los rostros de estos. Pero ahora, a sus veinticinco años; no podía desviar la mirada de aquella rubia que vestía con faldas arriba de las rodillas o a veces abajo, con medias negras. Y tampoco quitaba esa incertidumbre en su pecho de que desearía ver las piernas desnudas de la rubia. Siempre la veía con camisas muy formales por dentro, de distintos colores suaves, chaquetas y faldas en juego. Era la chica más hermosa que pudo a ver visto. Lastimosamente, sus trabajos no eran los mismos, mucho menos en los sitios donde debían estar.

YoonJi era gerente de una sucursal de moda: específicamente en el área de chamarras y bolsos. Tenia que vestir al menos algo de lo que se vendía, así que siempre vestía con pantalones azules oscuros o negros, con una camisa dentro con algún logo de las marcas y una chaqueta dos tonos oscuros que la camisa y zapatillas deportivas; ya que no era fan de los tacones.

Mientras tanto la rubia, era secretaria general de su jefa; y solo cuando esta la llamaba podía ver como vestía la ternura que llamaba su atención.

Espero unos minutos por si algún cliente se acercaba, pero al notar que no había tanto movimiento, decidió salió de la tienda, no antes de avisarle a una compañera que era su absoluta confianza. Caminó hasta el ascensor, observando su rostro, el cual si no fuera por el maquillaje: se notaria mucho las ojeras que cargaba.

Las puertas se abrieron, y la pelinegra salió, caminando a lo largo hasta la puerta de vidrio, deslizándola con cuidado.

Sonrió, porque la rubia seguía sentada escribiendo en la computadora, con esa chaqueta de color crema y su camisa blanca, perfectamente abotonada hasta la altura de sus pechos. Y tampoco pasó de largo que el corte de la falda subió un poco de más las rodillas.

—Hola~ –saludó, viendo como la chica dejaba de digitar y la miraba.

—Hola –respondió, con una sonrisa de lado. Totalmente confundida.

—¿Te han dicho que eres muy linda?

—¿Disculpa?

—¿No lo han hecho? –ignoró lo último, observando el leve ceño fruncido de la rubia.

—No estoy para bromas. –dijo, volviendo a digitar.

—No estoy bromeando. Solo quería preguntarte si quieres salir conmigo. –fue directa, deteniendo a la chica que se giró de inmediato.

—Ya, no me gustan este tipo de bromas...

—¿Es qué eres sorda? No estoy bromeando. –bufó, apoyando su codo en el escritorio de la rubia y su mejilla en la palma de su mano.

—Es que no es común que alguien se acerque a mí y me pida que salga con él... o ella. –formó un mohín.

—Pues, me parece absurdo que nadie te lo pida. ¡Eres muy linda! –refutó YoonJi, sonriendo al ver el suave color carmesí en las mejillas de la otra.

—¿Así nada más? –soltó un pequeño bufido.

—¿Cómo que así nadas más? –fue esta vez Yoon la confundida.

—Somos desconocidas. Aparte, que ni siquiera sabes mi nombre. –imitó a la pelinegra con apoyar su codo en su escritorio y su mejilla en la mano.

—¿Cómo te llamas dulzura?

Infló las mejillas. ¿Acaso podría sonrojarse más?

—Jimin, soy Park Jimin. –dijo tímidamente, arrugando la nariz.

—Bueno, Jiminie, soy YoonJi, Min YoonJi. Es un gusto saber por fin el nombre de la rubia que me encanta. Ahora, ¿saldrás conmigo? –fue directa de nuevo.

Jimin rió, y aún con ese cierto temor de la repentina entrada de la pelinegra, solo asintió.

Y es que, secretamente, también le había llamado la atención la chica de logos raros en las camisas cada vez que pasaba cerca de la sucursal de chamarras y bolsos del edificio.


Las actualizaciones serán algo lentas o tal vez no

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Las actualizaciones serán algo lentas o tal vez no.

Los capítulos son cortos de 200-500 palabras lo mucho. De ante mano, muchas gracias por leerlo, espero no decepcionar nada con escribir esto que se me ocurrió precipitadamente. Cualquier error lo editare finalizando esto, ya que no será larga.

—Mochi

𝓒𝓾𝓽𝓮 ↭ ʏᴍ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora