Capítulo 5

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Drug
(Droga)


Sonó el ya bastante usado ringtone que tenía TaeHyung en su celular.

—¿Hola? -dijo al contestar con su mano izquierda.-

—¡Kim! No pensé que estuvieras despierto a esta hora... -habló somnoliento.-

—¿Quien habla? -preguntó confundido.-

—Soy tu querido Jin, -aclaró con un tono de obviedad.- Tonto.

—Oh claro

—¿Que rayos hacías viejo amigo?

—Nada. -se rascó la nuca y encendió una de las lámparas que tenía en la mesita de noche.-

—Hmm, bueno..., quería invitarte a la fiesta de cumpleaños que le celebraremos a mi hermano, será aquí en la casa; Seok Jung me ha dicho que te extraña, y bueno, yo también, hace siglos no vienes a visitarnos, tampoco te he visto..., toda la familia te estaremos esperando.

—Wow, sí, iré ¿cuándo es?...

—El sábado, a las 17 hrs.

—Bien, aún faltan dos días... ¿Porqué estas despierto a esta hora Jin? -preguntó el moreno.-

—Hm, tuve que esperar a que Seok Jung se durmiera primero para poder hablar contigo, el no sabe que tendrá una fiesta y todos queremos que sea una sorpresa, no se si sepas pero será su último cumpleaños con nosotros, después de eso se irá a vivir a Busan. -dijo tranquilo para después bostezar.- Como sea, iré a dormir, estoy muerto -se despidió Seok Jin-.

—Descansa bro. -colgó la llamada.-

--

Pasaron aquellos dos días sin prisa, TaeHyung no tuvo ningún sueño extraño hasta ahora, él no volvió a hablar con sus amigos de copas, fiestas y droga, una parte de él pensó que aquel sueño con el dicho muchacho (que por cierto, ya había olvidado su nombre), no era más que un producto de su imaginación, o más bien, producto de aquellos alucinógenos; de hecho, hablaba con los chicos esporádicamente, aunque aveces Hoseok lo llamaba o enviaba mensajes para saber cómo estaba, mensajes los cuales TaeHyung decidía ignorar por completo, para él, solo eran amigos con quien pasar las rumbas y mucho mejor porque Suga le proporcionaba las sustancias que lo hacían sentirse mejor, las sustancias que lograban hacer que sus problemas se fueran y que lo hacía sentirse el amo y señor del lugar.

De igual manera, podía conseguirla en cualquier otra parte y tenía de más, pero no la consumía porque no quería parecer un adolescente drogadicto, aunque ya sabía que lo era; quería aprender a controlarse, pero a medida que pasaban los días se le hacía más difícil.

En todo ese tiempo, en esos dos días no había probado una pizca de cocaína, cosa que ya le estaba afectando en gran manera, al hacer las cosas en casa, cosas normales, como lavar los platos, barrer su habitación, o incluso agarrar el control para cambiar el programa de la televisión..., se le complicaba.

Era un chico que se desesperaba fácilmente cuando no obtenía los resultados adecuados, las manos le temblaban, su pecho se agitaba con facilidad, su respiración se aceleraba, sus ojos se llenaban de lágrimas, las cuales no escurrían por sus mejillas, sentía frío recorrer en su espina dorsal y todo su ser oliendo aunque sea un poco de marihuana, marihuana que no existía, pero alguna parte de su cerebro procesaba las cosas y las procesaba mal, ya que en su nariz se encontraba aquél olor irreal tratándo de encontrarlo.

Al llegar a tal punto se desesperaba y deseaba romper, destrozar todo, pero en vez de eso callaba y se destrozaba el alma, se lo impedía asimismo ya que la mayoría de las cosas, no precisamente eran suyas, sino de su roomie.

I r r e a l »VKook« [Lemon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora