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Por instinto y la impresión, Tony retrocedió hasta que chocó con la puerta abrazándose para detener el temblor que se había iniciado en sus extremidades. El shock de ver a Steve ahí, sentado frente a él, no se iba, incluso sentía que estaba por tener un ataque de pánico. Su corazón parecía que iba a reventar por lo rápido que latía; un sudor frío comenzó a deslizarse por su espalda.

Sintió las suaves manos de Yon en sus brazos para brindarle un poco de confort y calma, que silenciosamente lo agradeció, realmente lo necesitaba. Sin embargo, la mirada que le dirigió Steve le hizo querer separarse de él, tan dura y prepotente.

—¿En serio eres tú?— preguntó Tony con la mirada rota y nublada por las lágrimas.

El hombre frente a él se parecía totalmente a Steve, pero a la vez lucía tan diferente, iniciando con el hecho de que ya no era el muchacho delgado que había sido en el pasado. Ahora se veía fuerte, con el triple de masa muscular que él, e incluso sentado podía notar lo alto que era. Su mirada dulce que lo identificó en el pasado, ahora estaba endurecida y fría. Ese hombre podía lucir como Steve, pero no era su Steve.

—Sí Tiny, soy yo— respondió Rogers con una media sonrisa, usando el mote cariñoso que le puso cuando iniciaron su relación. Hizo un ademán para que se sentaran en las sillas frente al escritorio.

Yon le guió para sentarlo, sin despegar la mirada de Steve. Tony apretó las manos en el reposabrazos intentado calmarse y regular su respiración.

—¿Tú no estabas muerto?— preguntó Yon Rogg perplejo y con un tono de molestia muy oculto. Yon sabía toda la historia porque Tony le había contado sobre él.

—Sí, bien muerto y enterrado— Steve respondió con ironía, a él no le había agradado la cercanía del tipo con Tony—. ¡Barton!- gritó llamando a su guardia, quien entró inmediatamente ante el llamado —. Dile a Natasha que venga y guíe al señor a una de las habitaciones de arriba y se quede con él.

—Sí, capitán— dicho esto salió de la habitación dejando a los tres solos de nuevo.

A Tony no le pasó desapercibido el "capitán" ¿Capitán de qué? Trató de hacer ejercicios de respiración para relajarse, esos que aprendió cuando tuvo a Peter.

Oh por Dios. Peter. ¿Dónde estaba? ¿Su hijo estaría bien? ¿Steve ya sabría que Peter era su hijo? No quería ni pensar en ello o en la reacción que tendría Steve al saberlo.

—No voy a ir con nadie a ningún lado— rezongó Rogg —. Podrían matarme.

—Ella no te va a hacer nada a menos que la provoques y déjame decirte que se enciende rápido — habló Steve burlón. Stark no podía hacer nada más que mirarlo atento a todo lo que hacía y decía, tratando de buscar familiaridad—. Sí te quisiera muerto, mis hombres pudieron haberte asesinado hace mucho tiempo atrás tan solo por haberle dirigido una mirada a Tony. No creas que no sé lo que has intentado con él.

Tony no podía creer que su chico tierno e inocente se hubiera transformado en una persona que hablaba de la muerte de esa forma. Mentalmente rezó porque Yon se comportara, no quería tentar a ese nuevo Steve. Rogg estaba por contestar cuando Natasha entró con un gesto fastidiado.

—Acompáñame— habló de mala gana Natasha, tomándolo del brazo y jalandolo hacia la puerta, antes de salir se volteó a Steve—. Lo dejaré con Barnes, yo no tengo tiempo para ser niñera de nadie.

Se vieron sumidos en un incómodo silencio tras cerrarse la puerta. Ambos se miraron a los ojos, perdiéndose momentáneamente en la mirada del otro como tantas veces lo hicieron en el pasado. El primero en apartar la vista fue Tony al sentir sus ojos llenarse de lágrimas.

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