❝colors❞ ━yoontae

「³」

✦I could be blue

Su vida siempre había sido monótona, e incluso cansada, desde que sus padres habían empezado a discutir siempre cuando él era pequeño. Y aún recordaba con poco esfuerzo los gritos e insultos entre ellos dos en la noche.

La poca tranquilidad que tenía en su casa era cuando ellos se iban a trabajar y volvían en la noche exhaustos del trabajo de oficina, pero al parecer tenían la suficiente energía cómo para discutir de cosas mínimas y sin importancia. Tal y cómo pensaba el pequeño Taehyung de siete años, sus padres sólo eran de discusiones y gritos (pero por suerte nunca llegaron a los golpes), en ocasiones lo metían a él, del por qué no lo cuidaban bien o no le daban la atención que requeriría un niño de su edad.
Pero malamente ninguno pedía por lo menos un día libre para pasar la tarde con su pequeño hijo.

Al tener esa edad, él no tenía voz ni voto en esa casa, sus abuelos eran los únicos que le daban la atención, el amor y protección que él necesitaba. Taehyung en verdad los amaba más que a sus padres o a otra persona en el mundo. Ellos eran los únicos que habían visto la sonrisa de felicidad del niño.

Al pasar casi cinco horas en el colegio había aprendido que no sólo en su casa peleaban, sino que también ahí adentro del establecimiento. Muchos niños discutían por cosas insignificantes, y de vez en cuando le gritaban a Tae, pero él no hacía nada. Odiaba con toda su alma gritarle a alguien o discutir.

Todos sus días se habían convertido en levantarse, desayunar, ir al colegio, almorzar solo (porque lo consideraban demasiado estúpido y debilucho) y volver a casa donde tendría que esperar a que sus padres volvieran y su infierno ahí dentro empezara. Un simple infierno que, para la mala suerte, ya se había acostumbrado. Pero ese día, al intentar llamar la atención de su madre mientras discutía con su padre, ella le había pegado una cachetada que le dejó la mejilla marcada; su madre se había disculpado llorando a mares, pero no respondió y subió lo más rápido que pudo a su cuarto y encerrarse hasta el otro día.

YoonGi había llegado al siguiente día de Daegu a Seúl, donde se quedaría a vivir por el resto de vida. Pensó que el colegio iba a hacer demasiado aburrido, teniendo ocho años su mente ya actuaba cómo un adulto gracias a que su familia era demasiado estricta pero a la vez cariñosa.

Sus ojitos habían observado el movimiento de cada niño y niña dentro del establecimiento, pero la linda cabellera castaña de ese niño había sido su principal objetivo ese día.
Le había parecido raro verlo solo, desde lejos podía ver cómo sonreía y ya le parecía simpático y, sin querer admitirlo en voz alta, lindo.

Su segundo día en el colegio decidió hablarle. TaeHyung había empezado a temer, pensando que le iba a gritar o golpear, pero se calmo cuando escucho su voz pidiéndole permiso para sentarse y charlar. Y con el tiempo se volvieron amigos, para después ser novios y amarse incondicionalmente ante cualquier insulto hacia su relación.

Habían pasado la primeria, secundaria y universidad juntos. Cuando salieron de la secundaria, ya eran novios y YoonGi decidió que vivieran juntos en un departamento así verse las horas necesarias, ya que, iban a estudiar cosas diferentes.

Ya con recibidos de los oficios que decidieron seguir, YoonGi se convirtió en un productor muy conocido entre las empresas, mientras que Taehyung era maestro en una escuela enseñando artes. Su departamento se había convertido en una casa cerca del edificio en donde trabaja YoonGi y la escuela donde Tae impartía sus clases, y este último amo con todas sus almas cuando YoonGi le pidió casamiento. Recuerda haber llorado a mares mientras asentía y daba pequeños besos en la cara a su ahora prometido; YoonGi tampoco se quedó atrás, antes de pedirle matrimonio había estado nervioso pero al ver cómo su bebé asentía ante su pregunta, terminó llorando con su hermoso esposo. El casamiento se llevó a cabo un día de diciembre, justo en la navidad.

La boda había sido espectacular, sus familiares los habían felicitado y deseado lo mejor para la nueva pareja feliz. Cuando bailaron en la pista de baile frente a todas esas personas, olvidaron todo a su alrededor y se concentraron sólo en ellos dos, cada uno era su mundo completo y su más grande admiración. Habían terminado de una manera espectacular esa noche.

Y cuando llegó la Luna de miel, dios, ni les cuento, porque estarían muertas de tanto amor y sensualidad; así que mejor guardemos esa parte.

Después vinieron sus primeras peleas, que eran resueltas con disculpas, besos tiernos y caricias dulces. Y terminamos hasta el día de hoy, que siguen siendo la pareja más cariñosa del mundo.

─ ¡Amor! ─ Su voz se escucho por toda la casa. YoonGi quien estaba en el baño se había cagado del miedo por el fuerte grito, y cuando salió de ahí pudo ver cómo su Taehyungie lo miraba mal. Tragando fuerte preguntó.

─ ¿Qué pasó, bebé? ─ Sus manos empezaron a sudar, y mientras que subconsciente, alarmado, empezó a enumerar las siguientes idioteces que hizo para que su esposo esté así de enojado.

─ ¿Usaste mi buzo púrpura para limpiar una mancha de mostaza? ─ Y no se había dado cuenta que en mano diestra de él estaba en buzo púrpura con una mancha de mostaza casi transparente por el intento de YoonGi de lavarla.

─ Bueno... ─ Su voz empezó a temblar, y cuando vio a Tae iba a levantar la voz devuelta, se fue corriendo escaleras arriba para encerrarse en el cuarto, teniendo atrás un chico de 1.69 cm de altura corriendo para golpearlo con lo que sea que tuviera a mano. Temiendo de su propio esposo que podría fácilmente acorralar, pero nadie, nadie conocía a Taehyung enojado; ni querría verlo.

Al final, se podría decir que siguen siendo la misma pareja cariñosa del mundo; sip, correctamente.

no si, vos metiendo relleno, la verdad una genia sos.

pero bueno, hola de nuevo pequeñas creaciones de sus padres, ¿cómo están? Espero que bien. Nos vemos después, coman bien y descansen sus ocho horas (aunque se que no lo harán). Besos en la cola, muack ♡

bay, bay

─peaches