Narrador Omnisciente.
Nuevamente tarde, corría lo más rápido que sus cortas piernas se lo permitían, a solo cinco minutos de que cerraran las puertas de aquella prisión llamada colegio; si llegaba tarde dos veces más el nivel de tardanza ya estaría al límite. ¡Y recién era Junio!
En un abrir y cerrar de ojos, por algún tipo de milagro, se encontraba frente a la puerta de la escuela, todavía quedaban dos minutos, algo suave tocó su mejilla, una pluma, miró hacia el cielo y no había nada.
—¿Entrarás? —preguntó la señora que se encargaba de vigilar la puerta, Yuriko asintió e ingresó con miles de dudas en la cabeza, ¿cómo había llegado tan rápido?
—Señorita Minami, quizá sus pensamientos sean más interesantes que la clase. —llamó su atención la profesora de historia.
—Lo siento, —se disculpó levemente sonrojada, no se había dado cuenta cuando pasó tan rápido el tiempo que ya se encontraban en la penúltima hora, deseaba mucho poder salir cuanto antes, quizá y si corría lograría comprar velozmente la última serie de los comics nuevos, según sabía ya estaban a la venta.
El sonido de la campana interrumpió sus pensamientos, genial, diez minutos de receso y seguían los últimos ochenta minutos.
Ahora venia Literatura, odiaba esa materia, en especial porque ese profesor era un asco, siempre lanzando insinuaciones sucias a las chicas del salón, y siempre pero siempre molestandola a ella.—Viejo pervertido. —habló para ella misma, quizá y si ese vejestorio no llegaba los dejarían retirarse antes, entonces así, podría ir a comprar libremente sus historietas por qué para pedir permiso a sus padres, no era seguro.
Últimamente las acciones de la empresa de su padre habían caído y no estaban... de buen humor como para dejarla salir, ahora la controlaban mucho más.—Desearía que ese viejo no llegará nunca más aquí, —deseó en un susurró que escapó por la ventana, imaginando que solo ella lo habia escuchado, sin saber que el ser más oscuro estaba dispuesto a complacer sus deseos.
Veinte minutos pasaron y el profesor no llegó, la supervisora ingresó al salón y habló:— Nos informaron que su profesor no vendrá, pueden preparar sus cosas y retirarse, recuerden ir a casa. —Habló causando sorpresa en la azabache, quizá hoy era su día de suerte.
Tan pronto como estuvo fuera del colegio empezó a dirigirse hacia el camino contrario a su casa, iría por sus comics; compraría la nueva colección que salió y quizá podría ir por un almuerzo rápido, no estaba con ganas de aguantar a sus padres en la comida...
—¡Yuriko! —llamaron desde atrás, volteo y lo vio, él se acercaba, su buen amigo Hitoshi.
—¡Shinso! —saludó sonriéndole sin notar el pequeño sonrojo que se había formado en las mejillas del pelimorado.— ¿Sucede algo?
—Bu-bueno... como vi que no te dirijas a casa, yo pensé que- am... yo... —intentaba formular una oración entendible, pero le era imposible con ella mirándolo fijamente.
—Por supuesto, ven conmigo. —Propuso ella sujetándolo del brazo y empezando a caminar con él.
—Oh, te tengo que contar algo, hoy en la mañana iba a llegar tarde, pero por alguna razón sentí que volé y llegué a tiempo, cuando observé solo había plumas. —Habló causando nervios en Shinso.
—O-oh... quizá no notaste cuando empezaste a caminar rápido, si eso.
—Oh quizá tengo poderes mágicos o algo así —comentó con burla, para luego adelantarse y empezar a observar las distintas historietas que tenia la tienda.
El de ojos morados suspiró, mientras la observaba con una sonrisa, todo iba bien; relativamente bien.
Ella era su amiga y lo quería, eso a él le bastaba, estar cerca de ella.
Todo era fantástico y todo seguiría así, mientras que nadie se enterará que él había bajado a ese mundo, mientras que él no la encontrara, o no empezara su plan, lo único a lo que tenia miedo, era que la muerte empezara el plan hacia su adorable Yuriko.N/A: Créditos y agradecimientos por la nueva portada y separadores a;fluffypeacock ♡
Esta hermosa ❤
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─❀꒱; ʙᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ | ᴍᴏɴᴏᴍᴀ ɴᴇɪᴛᴏ | ✔
Fiksi Penggemar───❛❛Sin duda, era realmente hermosa❜❜ [...] Era verdad después de todo, los mortales eran tan interesantes.- Lo que quieras, te lo daré, solo ayúdame. -Pidió desesperado. -Lo que quiera, Mhh, -fingió pensar en qué, cuando lo había decidido hace 15...