Capitulo 22 : ¡YO soy el Heredero Slytherin!

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Harry se encontraba en la enfermería, sentado frente a la cama de Sia con los ojos perdidos en el vació.

Desde que los habían llamado esta tarde, el ojiverde no se había movido de este lugar excepto para comprobar a las demás victimas del ataque en busca de respuestas. Había comprobado con su magia y la ayuda de Silena las condiciones de Roger, Neville, Hermione, Charlus y sobretodo Sia más de 100 veces. Sin embargo, seguía sin tener una respuesta clara o alguna idea sobre cual podría haber sido la causa de la petrificacion.

Harry había intentado una y otra vez curar la condición de Sia y los demás, hasta el punto de casi quedarse sin magia, todo en vano.

Era ya pasada media-noche, Blaise, Daphne, Susan y incluso Cedric habían intentado convencerlo de ir a comer algo, sin embargo, el mago parsel se había negado en rotundo.

Todos habían sido afectados por el reciente ataque, Daphne incluso había llorado un poco al ver a su mejor amiga postrada en cama sin moverse. Sin embargo, la persona que peor se lo tomo fue la que llegó unas horas después.

Narcisa.

La expresión desconsolada de la mujer le había roto el corazón por completo. Harry siempre había visto a la mujer como un pilar de calma imperturbable y fuerza, verla tan alterada lo había conmocionado al núcleo y recordado nuevamente su fracaso. Un fracaso que le hacia hervir la sangre que clamaba la muerte del culpable.

Los padres de las demás victimas también habían venido a ver a los demás excepto los Granger que al ser Muggles no podían poner un pie en el castillo. Los padres de Roger habían junto a Narcisa y habían pasado horas gritándole a Dumbledore por su ineptitud al igual que Frank. El patriarca Longbottom había sido asignado como guardia en el castillo y no tardó en informar a Amelia sobre la situación a pesar de la fuerte negativa del director. Hubo una ultima pareja que despertó sentimientos conflictivos en el corazón de Harry.

Sus propios padres.

Al igual que Frank, James, su compañero, había sido asignado para proteger a los alumnos en el castillo y se había tomado muy mal su fracaso, aun más teniendo en cuenta que una de las victimas del actual ataque había sido su propio hijo. Aun así, el auror Potter había encontrado la fuerza suficiente para arrastrar a su esposa inconsolable fuera de la enfermería en brazos y llevarla a su habitación. Harry había sentido cierto pesar salir de su interior al ver a su madre en ese estado para su sorpresa. Los sentimientos que había enterado con respecto a sus padres durante tanto tiempo habían empezado a salir de nuevo.

Todo el drama había sacudido a Harry hasta la médula. El chico quería hacer algo, cualquier cosa, sin embargo, su lado razonable y calmado sabia que de nada le serviría actuar sin pensar. Por lo que eso había estado haciendo. Pensar.

El ojiverde había hecho funcionar los engranajes de su cabeza a toda marcha durante horas sin pausa a tal punto que no le hizo caso a nadie. Madame Pomfey incluso le había pedido que se retira por la noche sin embargo, no le había hecho caso y después de media hora, la enfermera había desistido en sus intentos de echarlo y dejo al Slytherin con sus reflexiones.

Harry suspiró mientras se frotaba las cienes intentando aliviar su dolor de cabeza. Los ojos verdes del chico se dirigieron hacia el borde la cama de Sia donde se encontraba Narcisa sentada sobre una silla y con la cabeza recostada sobre la cama. El chico se acercó a la mujer y acarició suavemente su pelo mientras la miraba con tristeza antes de que sus ojos posaran sobre la figura de su novia.

El abandono de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora